El número de muertos por la devastadora explosión en una fábrica farmacéutica en el distrito de Sangareddy, Telangana, ha ascendido a 40, mientras una investigación preliminar revela una alarmante lista de violaciones de seguridad que apuntan a una negligencia mortal.
La comunidad de Pashamylaram, en el estado indio de Telangana, está de luto tras una de las peores tragedias industriales de los últimos años. Una violenta explosión arrasó la planta de la farmacéutica Sigachi Industries, dejando un saldo, hasta el momento, de 40 trabajadores fallecidos y más de 33 heridos, muchos de ellos en estado crítico.
La explosión, que se sospecha se originó por el mal funcionamiento de un secador en el ala de control de calidad, ocurrió durante la mañana del lunes, provocando el colapso de la estructura de varios pisos y desatando un infierno de fuego y escombros. En el momento del desastre, más de 140 empleados se encontraban dentro de las instalaciones.
Una escena de devastación y dolor
Los equipos de rescate, incluyendo unidades de la Fuerza Nacional de Respuesta a Desastres (NDRF), han trabajado sin descanso entre los restos de la fábrica, pero la escena que han encontrado es desoladora. Muchos de los cuerpos estaban calcinados hasta el punto de ser irreconocibles, lo que ha obligado a las autoridades a recurrir a pruebas de ADN para su identificación.
Fuera del recinto y en los hospitales, las familias viven una angustiosa espera. «Su teléfono está apagado. Nadie sabe nada», relataba un hombre en busca de su tío. Pinky, de 21 años, no ha sabido nada de su hermano Siddhant desde las 9 de la mañana del día de la explosión. «Estaba en la unidad de control de calidad. Es su tercer mes aquí», contaba entre lágrimas.
«Algunos restos apenas son humanos. Los hemos enviado para perfiles de ADN», confesó un oficial de respuesta a desastres, ilustrando la magnitud de la tragedia.
Investigación revela una cadena de negligencias
A medida que el dolor se asienta, la ira crece. Una investigación inicial ha destapado una letanía de fallos de seguridad graves por parte de la dirección de Sigachi Industries, que sugieren que la tragedia pudo haberse evitado. Basándose en una denuncia del hijo de uno de los fallecidos, la policía ha acusado a la gerencia de homicidio culposo no equivalente a asesinato.
Las violaciones de seguridad reportadas incluyen:
- Operación sin Certificado de Seguridad contra Incendios (NOC): La planta funcionaba sin el permiso obligatorio.
- Falta de Equipamiento Básico: Ausencia de alarmas de incendio, sensores de calor y sistemas de apagado automático.
- Manejo Inadecuado de Materiales: Contención incorrecta de celulosa microcristalina, un material altamente inflamable que puede generar electricidad estática y que, según expertos, podría haber sido el origen de la explosión en la sección de secado.
- Uso de Maquinaria Obsoleta: La denuncia alega que la empresa utilizaba maquinaria anticuada a pesar de las advertencias de los propios trabajadores sobre los riesgos de seguridad.
El gobierno estatal ha constituido un comité de expertos de cuatro miembros para investigar a fondo las causas del accidente y determinar si se siguieron los protocolos de seguridad. Este desastre pone de manifiesto el coste humano de una industrialización rápida y mal regulada, un patrón trágicamente recurrente en los cinturones industriales de la India, donde la búsqueda del crecimiento económico a menudo eclipsa la aplicación de normas básicas de seguridad laboral.
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