Proyecto Santa María denunció el uso de químicos en loros para alterar su color y venderlos como exóticos
La organización sin fines de lucro Proyecto Santa María alertó sobre una cruel y creciente práctica en el comercio ilegal de fauna silvestre: la decoloración y teñido de loros con químicos, como el peróxido, para hacerlos pasar por especies exóticas y venderlos a precios elevados.
Dos ejemplares recientemente rescatados ilustran la gravedad del problema. Uno de ellos, bautizado como Limón, es un loro cachetes amarillos al que decoloraron y tiñeron de amarillo en un intento de hacerlo pasar por un loro cabeza amarilla (Amazona oratrix). El segundo caso es Gomita, un perico pecho sucio también teñido, que además presentaba una lesión en la pata, ahora ya en proceso de recuperación.
Ambos ejemplares llegaron a Proyecto Santa María con secuelas físicas y psicológicas producto del maltrato. Entre los daños comunes que atiende esta organización están las fracturas, el picaje (arrancamiento compulsivo de plumas), mutilaciones en alas y alteraciones en el comportamiento por el estrés del cautiverio.
“El teñido fraudulento se ha vuelto una estafa cada vez más común. Quienes los venden engañan a los compradores haciéndolos creer que adquieren especies en peligro de extinción como el loro cabeza amarilla, pero en realidad son ejemplares comunes manipulados químicamente”, señaló la organización a través de sus redes sociales.
Loros sufren por químicos
Los químicos aplicados para alterar su plumaje no solo causan sufrimiento inmediato a las aves, sino que pueden provocar quemaduras, infecciones y daños irreversibles en la piel y plumas. Además, el estrés derivado de estas manipulaciones puede dejar secuelas conductuales permanentes.
Actualmente, Limón y Gomita se encuentran en proceso de rehabilitación, recuperando su color natural, sanando sus heridas y readaptándose bajo cuidado especializado. A pesar de los avances, el camino hacia su recuperación total aún es largo.
Desde la organización hacen un llamado a la ciudadanía para no comprar aves silvestres, denunciar el comercio ilegal y apoyar a los centros de rescate. “Cada caso que atendemos es especial. Cualquier ayuda, desde la difusión hasta una pequeña donación, marca la diferencia”, expresaron.
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