La fama en redes sociales ha transformado la forma en la que los jóvenes construyen su identidad y buscan reconocimiento. Pero el deseo de destacar en el mundo digital también puede llevar a decisiones extremas, como lo demuestran los casos recientes de Marianne y Fofo Márquez, dos influencers que pasaron de la viralidad a enfrentar serias acusaciones por delitos de violencia.
El caso de Marianne, detenida tras apuñalar a la actual novia de su expareja en la Ciudad de México, y la sentencia de 17 años de prisión para Fofo Márquez por intento de feminicidio, abren una conversación necesaria sobre la normalización de la agresión en la cultura digital.
Más allá de los titulares, es fundamental analizar qué está pasando con las juventudes en la era de las redes sociales y qué papel juegan las instituciones y la sociedad en esta crisis.
Influencers y la cultura de la impunidad: ¿qué hay detrás de la violencia?
Ser influencer se ha convertido en una meta aspiracional para miles de jóvenes. La posibilidad de ganar dinero, recibir validación inmediata y alcanzar notoriedad ha hecho que muchos vean en las redes sociales una vía rápida para el éxito.
Pero en este camino, algunos pierden de vista los límites entre la fama digital y la vida real, creyendo que las reglas no aplican para ellos.
- Fofo Márquez golpeó brutalmente a una mujer tras un incidente de tránsito, convencido de que su poder en redes lo haría intocable.
- Marianne, quien construyó su presencia digital con una imagen de belleza y perfección, terminó cometiendo un acto de extrema violencia.
Ambos casos reflejan una tendencia preocupante: la violencia como medio de validación y notoriedad.
Juventudes sin brújula: ¿quién les habla sobre la violencia y sus consecuencias?
La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) ha advertido que en México existe una crisis de violencia en las juventudes.
Para Tania Ramírez Hernández, directora de REDIM, casos como los de Marianne y Fofo Márquez están conectados con la necesidad de impactar, causar shock y atraer atención.
“Mucho tiene que ver con el deseo de impactar para llamar la atención”, señala Ramírez.
Esto plantea una pregunta inquietante: ¿están condenadas las juventudes a vivir sin orientación ni acompañamiento en medio del poder que les ha dado la fama digital?
¿Campañas contra la violencia? El reto de conectar con los jóvenes
En respuesta a la crisis, el gobierno ha lanzado campañas como “No te drogues, sé feliz”, buscando desalentar el consumo de sustancias en los jóvenes.
Pero estas estrategias resultan insuficientes, pues:
- Fofo Márquez y Marianne no tenían problemas públicos con drogas o adicciones.
- Ambos mostraban en redes una vida aparentemente “feliz”.
- Su violencia no surgió de la marginación, sino del poder y la impunidad.
La realidad es que la violencia en las juventudes no se combate con mensajes simplistas, sino con acciones concretas que generen conciencia y responsabilidad.
Los números que no podemos ignorar: violencia juvenil en cifras
El informe “Balance Anual REDIM 2024” muestra cifras alarmantes sobre la violencia que afecta a niños, niñas y adolescentes en México:
- 2,243 menores de edad fueron asesinados entre enero y noviembre de 2024, un aumento del 6.5% respecto a 2023.
- 73 feminicidios de menores, cinco casos más que el año anterior.
- Miles de jóvenes desaparecidos, cuyas familias aún esperan respuestas.
Las juventudes no solo están ejerciciendo violencia, sino que también son víctimas directas de ella.
El peligro de romantizar la violencia en redes sociales
Más allá del morbo que generan estos casos, es urgente reflexionar sobre cómo la sociedad está incentivando la violencia como un medio para alcanzar notoriedad.
Las redes sociales han dado poder a los influencers, pero sin mecanismos claros de regulación o responsabilidad. Los likes y las vistas han convertido los actos extremos en contenido atractivo, reforzando la idea de que cualquier acción vale la pena si genera atención.
El problema no es solo de quienes cometen estos actos, sino de la audiencia que los consume y los normaliza.
Construir alternativas reales para las juventudes
Los casos de Marianne y Fofo Márquez nos obligan a hacer una pausa y reflexionar sobre la responsabilidad colectiva en la construcción de modelos de éxito para las juventudes.
Es momento de:
- Fomentar nuevas narrativas de liderazgo juvenil, basadas en valores y responsabilidad social.
- Regular la influencia digital, asegurando que quienes tienen poder en redes sociales también tengan obligaciones.
- Crear espacios de orientación para jóvenes, donde puedan expresar sus inquietudes sin recurrir a la violencia.
No se trata solo de dos influencers en prisión, sino de un fenómeno generacional que necesita atención urgente. Si no replanteamos los incentivos en la cultura digital, seguiremos viendo más casos de violencia protagonizados por jóvenes que crecieron creyendo que la fama justifica cualquier acto.
¡Únete a nuestro canal de Telegram! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.


TE PODRÍA INTERESAR