La historia de la ciencia mexicana sumó un nuevo capítulo de orgullo nacional. En una ceremonia realizada en el Instituto de Ciencias Nucleares, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) otorgó la Medalla Rafael Navarro González al investigador Juan Américo González Esparza, del Instituto de Geofísica Unidad Morelia, por su destacada trayectoria en heliofísica y clima espacial.
El rector Leonardo Lomelí Vanegas subrayó que las ciencias nucleares y sus disciplinas afines se han convertido en un pilar para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Desde el estudio de los contaminantes hasta las terapias contra el cáncer y la comprensión de la energía, estos avances reflejan la capacidad de la UNAM para conectar la ciencia con la vida cotidiana.
Un legado que mira al Sol y protege a la Tierra
La carrera de González Esparza es un ejemplo de cómo la investigación científica puede transformar la realidad de un país. Gracias a su liderazgo, México cuenta hoy con infraestructura propia para estudiar el clima espacial, un área que analiza los efectos de la actividad solar sobre la tecnología, la energía y la seguridad nacional.
Entre sus aportes más destacados está la construcción del radiotelescopio MEXART en Michoacán, así como la creación del Servicio de Clima Espacial Mexicano y del Laboratorio Nacional de Clima Espacial. Estas iniciativas han posicionado a México dentro de las redes internacionales que observan el viento solar y las eyecciones de masa coronal, fenómenos capaces de afectar las telecomunicaciones, los satélites y la infraestructura eléctrica.
El rector Lomelí destacó que estos logros son prueba de que la innovación científica mexicana puede tener impacto global, fortaleciendo la soberanía tecnológica y la prevención de riesgos ante tormentas solares.
Ciencia, humanidad y soberanía: el espíritu de la UNAM
Durante la ceremonia, el rector recordó que la Medalla Rafael Navarro González no solo honra la excelencia científica, sino también el compromiso social y humanista que caracteriza a los grandes investigadores de la UNAM.
Navarro, quien llevó el nombre de México a Marte con sus investigaciones en astrobiología, fue un ejemplo de curiosidad, método e imaginación. Su legado —afirmó Lomelí— se refleja en científicos como González Esparza, capaces de unir la ciencia con la sensibilidad social y de formar nuevas generaciones de especialistas en campos de frontera.
“Con una visión humanista, el doctor González Esparza ha vinculado la investigación con la protección civil, la seguridad energética y la formación de talento nacional. Su trabajo demuestra que la ciencia mexicana no solo observa el universo: también cuida a su pueblo”, concluyó el rector.
Un reconocimiento con proyección internacional
El galardonado agradeció a la universidad y a su equipo de colaboradores, reafirmando su compromiso de seguir impulsando la investigación espacial mexicana en colaboración con instituciones como la NASA, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares y la Agencia Espacial Mexicana.
Con este reconocimiento, la UNAM reafirma su papel como referente en ciencia, innovación y educación, inspirando a nuevas generaciones a mirar hacia el cosmos con rigor, curiosidad y orgullo nacional.


TE PODRÍA INTERESAR