La vida de Fermín: un abuelo que dejó huella en su familia
Un enero como este, hace 64 años, don Fermín, un hombre alto y corpulento con alma de poeta, dejó este mundo. Su vida estuvo marcada por las letras que dedicaba a la Virgen de Guadalupe, sus viajes como migrante a Estados Unidos y los años que vivió como contador en una cooperativa agrícola en el valle de Mexicali.
Un día en Nazas, Durango: la despedida
Era 1959. En aquel enero, un niño de tercero de primaria regresó temprano de la escuela en Nazas, Durango, y encontró a su abuela llorando desconsoladamente.
- “Tu abuelo, se nos va… ve por el médico”, le dijo entre lágrimas.
- Con la inocencia y urgencia de la infancia, el niño corrió hasta el consultorio del doctor, quien llegó de inmediato, pero no pudo salvar al abuelo Fermín.
Aquella noche, el patio familiar se convirtió en un velorio. Fermín, vestido con su mejor traje, fue colocado sobre una mesa con un gran mantel blanco, rodeado por oraciones y cánticos religiosos.
El entierro: una despedida para un gigante
La mañana siguiente, el abuelo fue colocado en un ataúd hecho especialmente para él.
- Un hombre imponente: Su altura y corpulencia hicieron que el ataúd no cupiera en la fosa. Los albañiles tuvieron que derribar una de las paredes para ampliarla.
- La procesión: Entre rezos y llantos de mujeres vestidas de negro, don Fermín fue sepultado en el panteón de Nazas, dejando un vacío que su nieto sentiría por décadas.
Un viaje al norte: el impacto de su partida
Tras la muerte de Fermín, su nieto se mudó con su madre a la frontera, dejando atrás no solo a su abuelo, sino también a su abuela, su escuela, sus amigos y los recuerdos de Nazas.
- El dolor de la distancia: Fue hasta 40 años después que el nieto volvió al pueblo, enfrentándose finalmente al vacío que había dejado su partida.
- El legado de Fermín: A pesar de los años, las enseñanzas y el recuerdo de su abuelo permanecieron como una guía en su vida.
El recuerdo de un hombre excepcional
Fermín no solo fue un abuelo querido; también fue un hombre que vivió con pasión y dedicación:
- Poeta devoto: Sus versos a la Guadalupana reflejaban su profunda fe y sensibilidad.
- Trabajador incansable: Su labor como contador en Mexicali dejó un impacto en la comunidad agrícola.
- Ejemplo familiar: A través de sus acciones, inspiró a las generaciones que vinieron después.
El valor de recordar a quienes amamos
El relato de don Fermín no solo es un homenaje a su vida, sino también un recordatorio de la importancia de mantener vivos los recuerdos de quienes nos han marcado.
- La memoria como legado: Recordar a los seres queridos nos conecta con nuestras raíces y nos ayuda a entender quiénes somos.
- El tiempo y la distancia: Aunque los años y los kilómetros nos separen, los lazos familiares trascienden cualquier barrera.
Fermín, siempre en la memoria
A 64 años de su partida, don Fermín sigue siendo un pilar en la memoria de su familia. Su historia, marcada por el amor, el trabajo y la fe, nos recuerda que el verdadero legado de una vida no está en lo material, sino en el impacto que dejamos en quienes nos rodean.
¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.


TE PODRÍA INTERESAR