En medio de los devastadores incendios forestales que han arrasado miles de hectáreas en California, decenas de jornaleros indocumentados han demostrado que la solidaridad no tiene fronteras. Armados con sierras eléctricas, rastrillos y una fuerza inquebrantable, estos trabajadores se han organizado en brigadas voluntarias para remover árboles caídos y escombros en Los Ángeles.
Sus esfuerzos no solo alivian la carga de los bomberos y equipos de rescate, sino que también envían un poderoso mensaje: su presencia en Estados Unidos es una contribución invaluable, incluso frente a una retórica gubernamental que busca excluirlos.
«Un país se construye con amor, no con odio»
Pablo Alvarado, codirector de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON), expresó el orgullo que siente al ver a sus compañeros ofreciendo su ayuda de manera desinteresada. “Este es un trabajo que hacemos de corazón, sin esperar nada a cambio. Quizá estamos limpiando la entrada de alguien influenciado por el discurso antiinmigrante, pero no nos importa. Un país se construye con actos de amor”, comentó.
Los migrantes, que también han perdido sus hogares por los incendios, prefieren colaborar en lugar de buscar refugio. Para Marta Salazar, una mexicana que ha trabajado con NDLON por más de una década, ayudar es una forma de contribuir a la comunidad. “Prefiero estar aquí apoyando, porque hay personas que necesitan más los albergues”, mencionó.
Un desafío monumental: los incendios y los vientos de Santa Ana
Los incendios, impulsados por los intensos vientos de Santa Ana que alcanzaron velocidades de hasta 160 km/h, han devastado áreas como Pasadena y Altadena. Más de 4,300 hectáreas han sido consumidas por el fuego, dejando al menos cinco muertos y cientos de viviendas destruidas.
En este contexto, la ayuda de los jornaleros es crucial. Los bomberos están enfocados en contener las llamas, mientras que los migrantes, entrenados por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), se encargan de despejar caminos y vías de evacuación bloqueadas.
Resiliencia frente a la retórica antiinmigrante
La contribución de estos trabajadores indocumentados resalta en un momento político delicado. Con la llegada del presidente Donald Trump y su promesa de deportaciones masivas, muchos de ellos viven con miedo. Sin embargo, su participación en estas labores demuestra que su presencia no solo es valiosa, sino esencial para las comunidades donde residen.
Para Roberto Morales, un nicaragüense que llegó a Estados Unidos hace cuatro años, este esfuerzo representa el «orgullo de ser inmigrante». “No entiendo por qué nos quieren deportar. No somos criminales, somos personas que podemos aportar”, expresó.
Un acto de solidaridad que deja huella
A pesar de las adversidades, los jornaleros indocumentados continúan demostrando que la solidaridad puede superar el odio. Su contribución en la crisis de los incendios de California no solo ayuda a reconstruir comunidades devastadas, sino que también fortalece los lazos humanos, recordándonos que los actos de bondad y amor son los verdaderos cimientos de cualquier nación.
¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.
TE PODRÍA INTERESAR