A casi dos años de su inauguración en diciembre de 2023, el Tren Maya, una de las obras insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, acumula ya tres incidentes que han puesto a prueba la confianza en el megaproyecto.
El primer descarrilamiento se registró el 25 de marzo de 2024 en la estación Tixkokob, Yucatán del Tramo 3, cuando el cuarto vagón del tren D006 experimentó una interrupción del flujo sobre la vía, lo que ocasionó el descarrilamiento de dicho vagón obligando al operador a detener el convoy en plena estación.
Aunque no se reportaron lesionados, el hecho encendió las dudas en redes sociales sobre la seguridad operativa del tren y generó cuestionamientos sobre la supervisión de las rutas y el mantenimiento de los vagones.
Las autoridades señalaron que se trató de un incidente aislado, que se activaron los protocolos de seguridad para prevenir riesgos mayores y que se inició una investigación para esclarecer lo ocurrido, la cual, días después apuntó a un error humano al no realizar correctamente el cambio de vía.
Volcadura de vagón de balasto al sur de Quintana Roo
Un año después, el 30 de enero de 2025, el sur de Quintana Roo fue escenario del segundo percance. En la estación Limones, un vagón de carga de la empresa Ingenieros Civiles Asociados (ICA), que transportaba una tonelada de balasto para el Tramo 6, terminó volcado sobre su costado izquierdo.
Las imágenes del accidente se difundieron rápidamente en redes sociales, especulando que se trató de uno de los vagones del jaguar rodante. Sin embargo, la empresa informó que fue uno de los trenes encargados del traslado de material el que sufrió dicho percance.
El accidente dejó a una persona herida, aunque con lesiones menores, y exhibió las complicaciones que aún enfrentaba la obra durante sus últimos trabajos de construcción.
Tramo 3 con otro descarrilamiento
El más reciente accidente ocurrió el 19 de agosto de 2025 en la estación Izamal, Yucatán, en el tramo que conecta Mérida con Cancún. El convoy se salió de las vías al momento de realizar una maniobra en el aparato de cambio, lo que generó alarma entre los pasajeros y obligó a evacuar la zona.
Si bien las autoridades confirmaron que no hubo lesionados, el hecho revivió la discusión sobre los mecanismos de seguridad del tren y las garantías para quienes lo utilizan.
En total, tres incidentes en menos de dos años han marcado la operación del Tren Maya, un proyecto que costó más de 500 mil millones de pesos y que fue presentado como un motor de desarrollo y conectividad para el sureste.
La pregunta que se mantiene viva entre la población, después del episodio en Izamal, es si los descarrilamientos seguirán siendo episodios aislados o si representan una falla estructural que deberá atenderse con mayor rigor técnico.
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