Este miércoles 16 de julio, autoridades meteorológicas de Estados Unidos y Protección Civil de Quintana Roo mantienen vigilancia sobre una zona de baja presión ubicada al noroeste de la península de Florida, la cual presenta un 40% de probabilidad de desarrollo ciclónico en las próximas 48 horas.
La zona en cuestión se sitúa a aproximadamente 980 kilómetros al nor-noreste de Cabo Catoche, en el extremo norte de Quintana Roo, y se desplaza hacia el oeste, en dirección al norte del Golfo de México. Según el reporte de las 6:00 horas de Protección Civil estatal, no representa riesgo alguno para la península de Yucatán hasta este momento.
Posible desarrollo frente a costas de EU
De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de la NOAA, el sistema –identificado como AL93– es una amplia área de baja presión que se mueve lentamente entre Tallahassee y Panama City, en el norte de Florida. Aunque las lluvias y tormentas se mantienen desorganizadas, no se descarta que, si el sistema logra internarse lo suficiente en el Golfo de México, pueda transformarse en una depresión tropical antes de tocar tierra en Luisiana este jueves.
Los pronósticos indican que las condiciones ambientales son favorables para un desarrollo limitado, siempre y cuando el sistema permanezca mar adentro por algunas horas más. Sin embargo, su trayectoria alejada del Caribe occidental descarta impactos directos para México.
Lluvias intensas en EU, vigilancia en el Caribe
Independientemente de si evoluciona o no a ciclón tropical, se prevén lluvias intensas y posibles inundaciones repentinas en zonas de Florida y el norte del Golfo de México, particularmente desde este miércoles hasta el viernes. Para la región de Quintana Roo y el resto de la península, no se anticipan efectos más allá de algunas nubes dispersas y condiciones cálidas habituales para esta época del año.
Protección Civil de Quintana Roo reiteró su recomendación a la población de mantenerse atenta a los reportes meteorológicos oficiales, especialmente durante esta temporada de huracanes, que se extiende hasta finales de noviembre. Hasta el momento, no hay alerta ni vigilancia activa en el territorio estatal.
El sistema será monitoreado de manera continua por las autoridades mexicanas y estadounidenses. Cualquier cambio en su comportamiento será comunicado de inmediato para evitar sorpresas.


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