En un ambiente tenso marcado por declaraciones desde Washington, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha roto el silencio. La mandataria respondió este lunes 21 de julio a la amenaza del gobierno de Estados Unidos de rechazar nuevas solicitudes de vuelo de aerolíneas mexicanas, acusando un presunto incumplimiento del Acuerdo de Transporte Aéreo bilateral.
Lejos de aceptar la acusación, Sheinbaum fue tajante:
“Todavía no hemos sido notificados formalmente, y no hay razón para tener alguna sanción”.
“México es soberano”: Sheinbaum reivindica decisiones técnicas y políticas
Desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional, Sheinbaum sostuvo que las decisiones tomadas respecto al traslado de carga aérea al AIFA se fundamentaron en criterios técnicos, de seguridad y soberanía nacional.
Recordó que desde 2014, el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México (AICM) ya presentaba niveles de saturación peligrosos, lo que justificó la necesidad de construir una nueva terminal aérea. Esa terminal terminó siendo el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), tras someter el tema a una consulta ciudadana en 2018.
“La saturación del AICM ya llegaba a niveles de riesgo. Por eso se construyó el AIFA, y se decidió trasladar la carga aérea allí”, argumentó Sheinbaum.
¿Qué reclama Estados Unidos?
El secretario de Transporte estadounidense, Sean P. Duffy, emitió el sábado un comunicado que puso en alerta a la diplomacia mexicana. En el documento, acusó a México de haber “rescindido abruptamente” franjas horarias de vuelo en el AICM desde 2022, afectando a aerolíneas estadounidenses. También denunció que se forzó el traslado de operaciones de carga al AIFA.
Según Duffy, este cambio habría generado millonarios sobrecostos a empresas de logística estadounidenses y violado acuerdos comerciales. Incluso señaló que la justificación mexicana —la remodelación del AICM— “no se ha materializado” tres años después.
¿Crisis diplomática en puerta?
Sheinbaum rechazó tajantemente que exista un motivo legítimo para sancionar a México. Insistió en que las decisiones tomadas fueron notificadas a las aerolíneas y que se brindaron espacios de diálogo técnico con empresas, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), así como con las Fuerzas Armadas.
“Algunas empresas se quejaron del tiempo de aviso, pero ya pasó más de un año y medio. Se han ido adecuando”, dijo.
Además, subrayó que se mantienen mesas de trabajo activas para abordar cualquier diferencia, reafirmando que la prioridad ha sido la seguridad aérea y el ordenamiento del espacio aéreo del Valle de México.
Texcoco vs AIFA: la narrativa económica de Sheinbaum
La Presidenta aprovechó la coyuntura para defender nuevamente la decisión del gobierno de cancelar el aeropuerto de Texcoco, calificándola como una medida responsable desde el punto de vista económico.
“Fue una muy buena decisión. Se ahorraron 300 mil millones de pesos. Imagínense si se hubiera seguido con Texcoco”.
Esta narrativa refuerza el eje central del discurso presidencial: eficiencia, austeridad y soberanía frente a intereses extranjeros.
¿Qué sigue? Notificación pendiente y escenario incierto
Hasta el momento, el gobierno mexicano no ha recibido una notificación oficial por parte del Departamento de Transporte de EE.UU., aunque se espera que esto ocurra durante la semana.
Sheinbaum se mostró abierta al diálogo pero firme en la defensa de la autonomía de las decisiones mexicanas. La situación podría escalar o disiparse, dependiendo del tono que adopte Washington en los próximos días.


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