El pasado lunes 22 de septiembre, la explosión de una pipa en el Puente de La Concordia, en la alcaldía Iztapalapa, dejó un saldo devastador de 29 personas fallecidas y múltiples heridos. Desde el primer momento, la atención y coordinación de los cuerpos de emergencia fueron claves para minimizar daños adicionales.
Atención “extraordinaria” a las víctimas
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aseguró que la respuesta del Gobierno de la Ciudad de México ha sido “extraordinaria”. Cada familia afectada cuenta con personal dedicado del gobierno para brindar apoyo económico, médico y psicológico. Esta atención personalizada busca acompañar a los familiares en medio de la tragedia, un gesto que refleja la prioridad de la administración hacia la población afectada.
Coordinación entre Gobierno federal y local
Desde el Gobierno federal se activaron apoyos inmediatos, incluyendo la participación de Protección Civil, ISSSTE, IMSS e IMSS-Bienestar. La comunicación entre las autoridades fue constante, y se garantizó que cada víctima recibiera atención médica especializada. Un caso destacado fue el traslado a Estados Unidos de la menor Jazlyn Azulet, asegurando que recibiera tratamiento de urgencia.
Investigación y acciones preventivas
La Fiscalía de la Ciudad de México emitió dictámenes preliminares sobre las causas del accidente. Además, la Comisión de Solidaridad anunciada por la alcaldía tiene como objetivo coordinar apoyo integral a familiares y víctimas, asegurando transparencia y eficacia en la entrega de recursos y servicios.
Solidaridad y apoyo ciudadano
Vecinos y organizaciones locales se sumaron a las labores de asistencia, reforzando la red de apoyo social. Historias de rescates, donaciones y acompañamiento psicológico muestran la resiliencia de la comunidad frente a la tragedia, y destacan la importancia de la colaboración entre autoridades y ciudadanos en momentos críticos.


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