En Querétaro, la historia de decenas de jóvenes se convirtió en un camino lleno de frustraciones y engaños. La Secretaría de Educación Pública (SEP) clausuró dos escuelas privadas de nivel medio superior que entregaban certificados falsos de bachillerato sin validez oficial. Entre ellas, destacó el llamado Centro Académico Ambar, una institución que ofrecía terminar la preparatoria en apenas 16 clases, un anzuelo que atrapó a quienes buscaban una salida rápida para continuar con sus estudios universitarios.
La campaña “Que no te hagan Pato” y la detección del fraude
El delegado de la SEP en Querétaro, Mauricio Ruíz Olaes, explicó que la clausura de los planteles forma parte de la campaña “Que no te hagan Pato”, que busca frenar las operaciones de escuelas “patito” en todo el país. En total, 16 instituciones privadas fueron revisadas por denuncias de alumnos, y dos resultaron con irregularidades graves que derivaron en el cierre definitivo.
Los casos más alarmantes se encontraron en el Centro Académico Ambar, donde la SEP documentó al menos 15 certificados falsos que habían sido entregados a estudiantes. Lo más preocupante es que estos documentos fueron utilizados para inscribirse en universidades privadas, lo que generó un problema legal y académico que aún afecta a varios jóvenes.
La promesa de acabar la prepa en 16 clases
La publicidad del Centro Académico Ambar todavía circula en redes sociales. Con frases como “Con nosotros sí acabas la prepa”, la escuela ofrecía programas de bachillerato exprés en uno, seis o hasta cuatro meses. Los alumnos pagaban depósitos, recibían supuestos planes de estudio y se les prometía que la institución estaba avalada por la SEP. Todo era mentira.
Al llegar el momento de la graduación, muchos recibieron certificados que parecían oficiales, pero que en realidad carecían de Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE). El engaño salió a la luz cuando estos documentos fueron rechazados por universidades e instancias oficiales.
Estudiantes atrapados en un callejón sin salida
El fraude tuvo consecuencias graves. Quince alumnas del Centro Académico Ambar lograron inscribirse y concluir carreras completas en la Universidad de las Mujeres en Querétaro. Sin embargo, al intentar titularse, descubrieron que no podían hacerlo porque sus certificados de preparatoria eran apócrifos.
En cuatro de esos casos la situación fue todavía más delicada: jóvenes que terminaron la carrera de Derecho y Contaduría se ostentaban como profesionistas sin tener un bachillerato legalmente acreditado. Esto no solo frenó su futuro laboral, sino que también abrió un vacío legal en torno a su formación profesional.
Un problema que crece en México
De enero a septiembre de este año, la SEP ha detectado 92 certificados falsos en el país, la mayoría correspondientes a nivel medio superior. Esta cifra muestra que el fenómeno de las escuelas patito no es aislado y que cada vez más jóvenes caen en la trampa de instituciones que operan fuera de la ley.
El delegado señaló que universidades, tanto privadas como públicas, tienen la responsabilidad de verificar la validez de los documentos de ingreso de sus estudiantes. En el caso de la Universidad de las Mujeres, criticó que no asumieran responsabilidad en la revisión de los certificados, lo que contribuyó a agravar el problema.
La respuesta de las autoridades y las medidas legales
La SEP federal trabaja en coordinación con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para perseguir a las instituciones fraudulentas. Además, en el Congreso de Querétaro se ha planteado tipificar en el Código Penal este tipo de fraudes como delitos graves, lo que permitiría sancionar con mayor fuerza a quienes lucran con la educación de los jóvenes.
Mientras tanto, la SEP busca alternativas para los afectados, como la posibilidad de presentar el examen único de preparatoria y la revalidación de materias cursadas en universidades. Sin embargo, el daño emocional y profesional ya está hecho para quienes vieron frustrados sus sueños de ser profesionistas.
La lección para estudiantes y familias
El caso del Centro Académico Ambar se convierte en un llamado de atención para familias y estudiantes en todo el país. La búsqueda de atajos académicos puede terminar en un fraude que comprometa años de esfuerzo, dinero invertido y expectativas profesionales. Verificar siempre el RVOE antes de inscribirse en una institución es la clave para evitar caer en engaños que, como en Querétaro, marcan a toda una generación de estudiantes.


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