La seguridad privada en México forma parte de la vida cotidiana, pero opera en gran medida bajo un marco regulatorio débil y obsoleto. En un país donde la inseguridad impulsa la demanda de servicios de vigilancia, la falta de supervisión, profesionalización y coordinación entre autoridades pone en riesgo a millones de ciudadanos que confían en estas empresas. Este artículo explora las irregularidades del sector y la urgencia de una reforma legal que garantice la seguridad real para usuarios y trabajadores.
¿Qué es la seguridad privada y por qué importa?
1. Una presencia constante en nuestras vidas
Desde edificios residenciales hasta supermercados y bancos, la seguridad privada está en casi todos los espacios de nuestra vida diaria. Estos servicios son fundamentales para proteger bienes, personas e información en entornos privados.
2. Un sector en crecimiento descontrolado
El aumento de la inseguridad ha impulsado la expansión del sector, pero este crecimiento no ha sido acompañado por una supervisión efectiva ni un marco normativo actualizado, dejando un vacío que afecta la calidad y profesionalismo del servicio.
Problemas clave en la seguridad privada en México
1. Falta de regulación y supervisión
La Ley Federal de Seguridad Privada, promulgada en 2006, es insuficiente frente a los desafíos actuales. Empresas como Semex Security operan sin cumplir con los estándares básicos de capacitación, registro y control, exponiendo a usuarios y trabajadores a graves riesgos.
2. Empresas irregulares y competencia desleal
Un problema recurrente es la operación de empresas no reguladas y la competencia desleal por parte de las policías auxiliares y complementarias, que ofrecen servicios de seguridad sin cumplir con la normativa aplicable.
3. Ausencia de un censo nacional
No existe un registro único de empresas, equipos y personal de seguridad privada, lo que dificulta la supervisión y permite que muchas operen al margen de la ley.
El caso Semex Security: un ejemplo de malas prácticas
1. Un modelo de negocio en crisis
Semex Security ejemplifica las fallas del sector: rotación constante de personal, falta de capacitación y bajos salarios. Estos problemas se traducen en servicios de baja calidad y riesgos para los usuarios.
2. Del protector al agresor
Casos como el robo de tres departamentos por un vigilante de Semex en la colonia Miguel Hidalgo exponen cómo la falta de controles internos convierte a los guardias en amenazas dentro de los espacios que deberían proteger.
3. Falta de responsabilidad empresarial
Semex, lejos de asumir la responsabilidad, evadió a los afectados y mostró un claro conflicto de interés al descubrirse que su dueña también fungía como administradora del edificio.
Urgencia de una Ley General de Seguridad Privada
1. Un mandato constitucional pendiente
La reforma de 2021 otorgó al Congreso la facultad de emitir una Ley General de Seguridad Privada que unifique el marco jurídico y garantice certeza para todos los actores involucrados.
2. Objetivos de la nueva legislación
Esta ley busca:
- Unificar las regulaciones federales, estatales y municipales.
- Establecer estándares claros de profesionalización y supervisión.
- Eliminar la sobrerregulación y las prácticas desleales.
- Mejorar la coordinación entre autoridades y empresas privadas.
3. El rol del Consejo Nacional de Seguridad Privada
El Consejo ha insistido en la necesidad de reglas claras que fortalezcan al sector, protejan a los usuarios y garanticen derechos laborales para los trabajadores.
¿Qué sigue para la seguridad privada en México?
1. Profesionalización del sector
Urge establecer estándares de capacitación obligatoria para los guardias de seguridad, incluyendo evaluaciones periódicas que garanticen su preparación para enfrentar riesgos.
2. Supervisión y transparencia
Es fundamental crear un censo nacional que registre a las empresas, su personal y su equipo. Esto permitirá un control más efectivo y reducirá la operación de empresas irregulares.
3. Colaboración entre autoridades y sector privado
Un enfoque coordinado entre autoridades y empresas privadas mejorará la seguridad en general, fomentando un entorno donde la vigilancia sea un complemento efectivo para la seguridad pública.
Conclusión
La seguridad privada en México enfrenta una encrucijada: avanzar hacia la regulación y profesionalización o seguir siendo un sector marcado por irregularidades y riesgos. La Ley General de Seguridad Privada es una oportunidad para transformar el sector, garantizando seguridad real para usuarios y condiciones justas para los trabajadores. En un contexto de creciente inseguridad, esta reforma no puede esperar más.
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