Alan García Zúñiga, periodista y trabajador de Pemex, fue secuestrado el pasado miércoles 22 de enero de 2025 en Poza Rica, Veracruz. Según reportes, hombres armados interceptaron a García cuando regresaba a su hogar tras culminar su turno como camillero en el hospital de Pemex. El hecho ocurrió en la colonia Guadalupe Victoria, donde los atacantes lo obligaron a abordar una camioneta gris, en la que huyeron rápidamente.
Pese a la implementación del Código Rojo por parte de las autoridades locales, aún no hay noticias de su paradero.
Una trayectoria marcada por la valentía
Alan García es reconocido en la región por su labor en medios como Noreste, El Dictamen y el portal Resistencia Veracruzana. Desde estas plataformas, abordó temas de seguridad y corrupción, lo que lo convirtió en un blanco constante de amenazas.
En 2017, sobrevivió a un ataque armado que lo llevó a ser incorporado al Mecanismo Federal de Protección para Periodistas. Sin embargo, su secuestro actual evidencia las carencias de este programa, diseñado para proteger a comunicadores en riesgo.
Reacciones y exigencias
Diversas organizaciones, como la Red en Memoria y Lucha de Periodistas Asesinados o Desaparecidos, han alzado la voz para exigir la pronta intervención de la Fiscalía General de la República y otras instancias.
“Es inaceptable que un periodista con antecedentes de amenazas no haya recibido protección efectiva”, declaró Propuesta Cívica AC, organización dedicada a la defensa de los derechos de periodistas.
La CEAPP también confirmó su intervención y aseguró estar en comunicación con los familiares de García. Sin embargo, los colectivos demandan acciones concretas y eficaces.
Veracruz: Un estado peligroso para el periodismo
Desde 2005, Veracruz ha registrado 31 asesinatos y 4 desapariciones de periodistas, posicionándose como uno de los estados más peligrosos para ejercer esta profesión. México, a nivel global, encabeza las cifras de violencia contra comunicadores, con un 30 % de las desapariciones de periodistas desde 2015, según Reporteros Sin Fronteras.
El caso de Alan García no es aislado. Apenas la semana pasada, el periodista Calletano Jesús Guerrero fue asesinado tras recibir múltiples amenazas. Estos crímenes reflejan una preocupante tendencia de impunidad, donde los perpetradores rara vez enfrentan consecuencias.
Fallas en el mecanismo de protección
El secuestro de García ha reavivado el debate sobre la efectividad del Mecanismo Federal de Protección para Periodistas. Aunque este programa busca salvaguardar la integridad de comunicadores, las deficiencias en su implementación han quedado en evidencia.
Organizaciones han subrayado la urgencia de fortalecer las medidas preventivas y reactivas. Esto incluye desde mejoras en los protocolos de protección hasta una mayor coordinación entre niveles de gobierno.
Un llamado a la acción
La desaparición de Alan García Zúñiga es un recordatorio doloroso de los riesgos que enfrentan los periodistas en México. Su caso exige no solo justicia, sino también una transformación profunda en las políticas de protección y en la lucha contra la impunidad.
La sociedad civil, las organizaciones internacionales y los gobiernos tienen una tarea pendiente: garantizar que la libertad de expresión no cueste la vida.
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