Recientemente, la propuesta de designar a los cárteles mexicanos como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO) ha vuelto a ser una discusión candente en la política internacional. La voz que ha revivido esta medida es la de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos. Durante un evento en Phoenix, Arizona, Trump no solo mostró su postura firme respecto a la lucha contra el narcotráfico, sino que además anunció que, de llegar a la presidencia, tomaría acción inmediata para clasificar a estas organizaciones como terroristas. Esto abre una serie de interrogantes sobre las posibles consecuencias, tanto positivas como negativas, de tal decisión.
¿Qué implicaría designar a los cárteles como organizaciones terroristas?
Una designación como FTO no es un trámite menor; implica una serie de medidas legales que cambiarían la dinámica de combate al narcotráfico. Entre las principales consecuencias de tal designación se incluyen:
- Congelar activos en EE. UU.: Las cuentas bancarias de los cárteles y sus aliados en territorio estadounidense quedarían bloqueadas.
- Sanciones económicas: Las empresas vinculadas al narcotráfico serían objeto de restricciones comerciales severas.
- Procesamientos penales: Cualquier persona o entidad que brinde apoyo material a estos grupos podría ser procesada penalmente en Estados Unidos.
Sin embargo, más allá de estas implicaciones directas, algunos observadores advierten que tal medida podría tener consecuencias adversas. Arturo Sarukhan, exembajador de México en EE. UU., considera que esta declaración puede convertirse en un “arma de doble filo” que podría desencadenar una intervención militar estadounidense en suelo mexicano, lo cual violaría la soberanía nacional y agravaría las tensiones diplomáticas.
Impacto en las relaciones bilaterales y la soberanía mexicana
Uno de los aspectos más sensibles de esta propuesta es el impacto en las relaciones bilaterales. La presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, fue clara al señalar que México no acepta injerencias externas y que la lucha contra el crimen debe basarse en la cooperación, no en la subordinación. En este sentido, una intervención militar sería vista como una violación directa de la soberanía mexicana.
Además, se han planteado riesgos económicos, como la posibilidad de que se imponga un arancel del 25% a las exportaciones mexicanas a EE. UU., lo que tensionaría aún más las relaciones comerciales entre ambos países.
Las razones detrás de la propuesta: la crisis del fentanilo
Uno de los principales motores de la propuesta de Trump es la creciente crisis del fentanilo en Estados Unidos. Este opioide sintético es responsable de una gran parte de las muertes por sobredosis en el país. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más del 70% de las muertes por sobredosis de opioides sintéticos son causadas por el fentanilo, lo que ha aumentado la presión política sobre México y su lucha contra los carteles que distribuyen este narcótico.
Oportunidades estratégicas para México
Aunque la propuesta de designar a los cárteles como terroristas parece estar cargada de riesgos, Arturo Sarukhan también ha señalado que hay oportunidades que podrían ser aprovechadas si se maneja con inteligencia. Por ejemplo, México podría exigir mayor responsabilidad a las autoridades estadounidenses para que asuman la responsabilidad por la venta ilegal de armas y el lavado de dinero que, en muchos casos, alimenta las actividades de los cárteles.
Además, México podría tomar como modelo el enfoque de Estados Unidos post-11 de septiembre, implementando estrategias interagenciales para atacar el financiamiento ilícito de los cárteles mediante el uso de instituciones financieras.
¿Cómo afectaría a la seguridad y la violencia en México?
El debate sobre si esta designación fortalecería o agravaría la violencia en México continúa siendo central. Algunos argumentan que el fortalecimiento de las herramientas legales podría ayudar a desmantelar las operaciones de los cárteles de manera más eficiente, mientras que otros temen que solo se militarice más la lucha contra el narcotráfico, sin abordar los problemas estructurales detrás de la violencia en el país.
Un análisis profundo de las implicaciones
El camino que sigue esta propuesta es incierto, pero lo cierto es que, de implementarse, marcaría un punto de inflexión en las relaciones entre México y Estados Unidos. A pesar de los riesgos involucrados, México tiene la oportunidad de redefinir su posicionamiento en la lucha contra el crimen organizado, aprovechando las oportunidades que esta coyuntura podría traer.
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