La madrugada de este jueves 23 de octubre, un grupo de estudiantes encapuchados tomó las instalaciones de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su exigencia: atención urgente a la salud mental y mejores condiciones de seguridad dentro del campus universitario.
De acuerdo con los primeros reportes, los jóvenes ingresaron a la Facultad de forma pacífica, colocando mantas y carteles con mensajes que demandaban apoyo psicológico, protocolos claros de atención y acompañamiento ante casos de crisis emocionales y violencia universitaria.
Reunión entre alumnos y docentes para definir el rumbo del paro
Al interior de la FCA, se mantiene una reunión entre representantes estudiantiles, profesores y autoridades con el propósito de definir si se mantendrá la toma del plantel o si se establecerá un paro indefinido de actividades académicas.
La seguridad universitaria ha desplegado personal en los accesos principales para evitar actos vandálicos y garantizar la integridad de la comunidad estudiantil y docente. Hasta el momento, el ingreso de medios de comunicación se mantiene restringido.
Antecedentes: una comunidad cansada y dividida
A inicios de octubre, la Facultad de Contaduría y Administración había suspendido sus clases en todos los niveles y modalidades como parte de un paro estudiantil que buscaba visibilizar las deficiencias en la atención a la salud mental.
El 11 de octubre, la dirección de la Facultad anunció el fin del paro y la reanudación de actividades presenciales. Sin embargo, muchos alumnos consideraron prematura la decisión y acusaron falta de transparencia en la encuesta digital que definió el regreso a clases.
“Nos hicieron votar, pero nunca mostraron los resultados reales. La mayoría quería continuar el paro, pero decidieron lo contrario”, denunció una estudiante a través de redes sociales.
UNAM llama al diálogo y a la empatía
En un comunicado reciente, la UNAM reiteró su compromiso con el diálogo y exhortó a los docentes a mostrar empatía con las preocupaciones del alumnado. La institución también reconoció que los temas de salud mental y seguridad universitaria son prioritarios y deben atenderse con seriedad y sensibilidad.
Mientras tanto, la comunidad de la FCA se encuentra dividida entre quienes exigen mantener la toma como medida de presión y quienes consideran necesario retomar las clases sin dejar de exigir cambios estructurales.
Salud mental universitaria: un tema que ya no puede esperar
El caso de la FCA no es aislado. En distintas facultades de la UNAM, estudiantes han denunciado sobrecarga académica, estrés constante, falta de atención psicológica oportuna y procesos burocráticos lentos para acceder a servicios de apoyo emocional.
Organizaciones estudiantiles y colectivos feministas han insistido en la necesidad de protocolos permanentes de atención psicológica, acompañamiento emocional y capacitación docente en temas de salud mental.
“Hablar de salud mental en la universidad ya no es opcional, es una necesidad urgente”, expresó uno de los voceros del movimiento.
El futuro del movimiento estudiantil en la UNAM
La toma de la Facultad de Contaduría y Administración podría marcar un nuevo punto de inflexión en los movimientos estudiantiles universitarios. Lo que comenzó como una protesta por la salud mental podría derivar en una revisión profunda de las políticas institucionales sobre bienestar universitario y seguridad.Por ahora, las y los estudiantes mantienen su postura firme: “Sin salud mental, no hay educación integral.”


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