Del 28 de mayo al 14 de junio, inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) realizaron operativos especiales en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, donde detectaron una alarmante devastación ambiental: más de 2,608 hectáreas de selva fueron desmontadas ilegalmente, principalmente para dar paso a monocultivos agroindustriales.
Todos los predios afectados están en regiones donde se ha registrado un crecimiento acelerado de las actividades agrícolas realizadas por comunidades menonitas, que han sido señaladas por la transformación agresiva del entorno natural. En respuesta, la Profepa clausuró siete predios: dos en Campeche, dos en Yucatán y tres en Quintana Roo.
Quintana Roo: tala de especies protegidas
En el municipio de José María Morelos, dentro del ejido Piedras Negras, se detectó el desmonte ilegal de 10.68 hectáreas de selva. Se talaron sin autorización más de mil metros cúbicos de vegetación nativa, incluyendo especies protegidas como la palma chit (Thrinax radiata), zamia(Zamia polymorpha) y caoba (Swietenia macrophylla), incluidas en normas nacionales e internacionales de conservación.
En Othón P. Blanco, en el ejido Juan Sarabia, la remoción de vegetación alcanzó las 437.5 hectáreas. También aquí se eliminaron especies incluidas en la NOM-059-SEMARNAT-2010, lo que agrava el impacto ecológico.
Campeche: cultivos avanzan sobre la selva
En Hopelchén, uno de los puntos más señalados por la expansión agrícola menonita, las autoridades federales y estatales detectaron nueve áreas con afectaciones forestales. Fueron desmontadas más de 527 hectáreas de selva para establecer cultivos sin la debida autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Durante la intervención, se aseguraron tractores, una cosechadora y un remolque, así como más de 100 m³ de madera extraída del sitio.
Yucatán: fuego y maquinaria para cambiar el paisaje
En el municipio de Tekax, los inspectores recorrieron el paraje San Diego Buenavista, donde constataron la destrucción de 350 hectáreas. Árboles adultos, arbustos y vegetación menor fueron talados, quemados y sustituidos por terrenos nivelados y preparados para cultivos. Se encontraron rastros de maquinaria pesada, drenes, caminos con “sascab” y sistemas de riego.
Un patrón de destrucción en aumento
La intervención de Profepa forma parte de seis operativos especiales realizados en la región: dos en Campeche, dos en Yucatán y dos en Quintana Roo. Las cifras de daño son alarmantes: 702 hectáreas deforestadas en Campeche, 606.4 en Yucatán y 1,300.5 en Quintana Roo.
En total, fueron clausurados siete predios por carecer de autorizaciones para cambio de uso de suelo en terrenos forestales. Además, se aseguraron maquinaria agrícola, madera y herramientas utilizadas para el desmonte.
La Profepa aseguró que continuará con acciones operativas permanentes en la península de Yucatán, con el objetivo de frenar la deforestación, garantizar el cumplimiento de la legislación ambiental y procurar la reparación del daño ecológico.


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