En México, septiembre es un mes cargado de simbolismo por los sismos que han ocurrido en fechas cercanas al 19. Para muchos, pareciera que ese día está “marcado” por la tragedia, sin embargo, los especialistas han explicado que no existe relación alguna entre los movimientos telúricos y una fecha específica.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Servicio Sismológico Nacional (SSN) señalan que se trata de coincidencias estadísticas.
Los temblores no obedecen a calendarios, sino a la dinámica natural de las placas tectónicas. México se ubica en una de las zonas sísmicas más activas del mundo, debido a la interacción de las placas de Cocos, del Pacífico, de Norteamérica y del Caribe.
Un ejemplo que ayuda a comprender esta percepción es la llamada «Paradoja de Cumpleaños». Esta teoría matemática explica que, aunque parece poco probable, la coincidencia de dos eventos en una misma fecha dentro de un grupo amplio de sucesos es posible y no implica un patrón real.
Cómo prepararse ante un sismo en México
Aunque los temblores no pueden predecirse, la prevención es la mejor herramienta para reducir riesgos. La UNAM recomienda a la población contar con medidas básicas de protección civil antes, durante y después de un movimiento telúrico.
Antes de un sismo:
- Diseña un plan familiar de evacuación.
- Revisa periódicamente las instalaciones de gas y electricidad.
- Ten una mochila de emergencia con agua, lámpara, radio y documentos importantes.
Durante un sismo:
- Mantén la calma y evita correr.
- Refúgiate en una zona segura lejos de ventanas y objetos que puedan caer.
- Si conduces, detén tu vehículo en un lugar abierto.
- En la costa, aléjate del mar ante riesgo de tsunami.
Después del sismo:
- Revisa daños estructurales en tu vivienda.
- Usa el teléfono solo para emergencias.
- Permanece atento a réplicas y a la información de fuentes oficiales.
La clave está en no temer a las fechas, sino en estar preparados todo el año para enfrentar un fenómeno natural que forma parte de la vida en México.
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