La madrugada en Teteles, Puebla, no fue como cualquier otra. Tras horas de tensión, reclamos y protestas que semanas atrás habían encendido titulares nacionales, las estudiantes de la Escuela Normal Rural “Carmen Serdán” alcanzaron un primer triunfo: el gobierno federal y estatal accedió a que personal de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) supervise directamente sus condiciones de vida y estudio.
Este acuerdo surge después de una jornada de diálogo que se prolongó hasta las cuatro de la mañana, con la presencia de autoridades de la SEP, Segob y representantes federales, en medio de un clima donde la desconfianza y las denuncias contra maestros y directivos fueron el tema central.
Un conflicto con historia y raíces profundas
Las normalistas de Teteles no son ajenas a la lucha. Su escuela, como otras normales rurales del país, es un símbolo de resistencia, pero también de carencias históricas. Desde problemas de infraestructura, como dormitorios sin alumbrado, hasta la exigencia de eliminar la matrícula externa y garantizar internado completo, las estudiantes han denunciado reiteradamente el incumplimiento de acuerdos.
El episodio más tenso ocurrió el 2 de septiembre, cuando una protesta derivó en la quema de un vehículo de transporte urbano. Las alumnas se deslindaron de los actos vandálicos, pero el hecho marcó un antes y un después en la presión social y política.
La supervisión de la CDH: un paso hacia el respeto a los derechos
El gobierno federal reconoció que la supervisión independiente de la CDH es clave para restaurar la confianza. No se trata solo de revisar instalaciones deterioradas o la falta de equipo en cocinas y salones, sino de garantizar que las alumnas no enfrenten hostigamiento, intimidación o falta de diálogo institucional.
El próximo 12 de septiembre, personal de la SEP, observadores de la CDH y autoridades federales visitarán la Normal para verificar el cumplimiento de los compromisos. Además, se pactó una nueva reunión el 18 de septiembre, donde se dará seguimiento a las denuncias contra directivos y personal académico.
Un futuro en disputa, pero con esperanza
La normal de Teteles representa más que un plantel educativo: es un espacio donde se forman maestras para las comunidades rurales de México, y donde la precariedad convive con la esperanza de transformación.
El secretario de Educación Pública, Manuel Viveros Narciso, aseguró que en Puebla “ningún joven se quedará sin oportunidades de estudio”. Sin embargo, las alumnas insisten en que no basta con promesas, sino con hechos que dignifiquen su formación.
La historia de estas jóvenes, retenidas incluso durante cinco horas en camiones en una de sus protestas, es la prueba de que la lucha por la educación rural no ha terminado. Hoy, con la CDH como observadora, sienten que su voz comienza a escucharse
Lo ocurrido en la Normal Rural de Teteles refleja una realidad nacional: la educación rural en México necesita atención urgente. No se trata solo de infraestructura, sino de respeto, derechos y reconocimiento a quienes, desde las aulas más apartadas, forman el futuro del país.


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