Con tono firme y sin titubeos, Claudia Sheinbaum Pardo desmintió la existencia de un supuesto mercado negro de bebidas azucaradas, luego de que empresarios y pequeños comerciantes expresaran preocupación por el aumento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a refrescos.
“No va a ocurrir, no tiene sustento”, sentenció la mandataria, al defender la medida incluida en el Paquete Económico 2026, que incrementa en un 87% el gravamen sobre bebidas con alto contenido de azúcar.
La presidenta aseguró que el objetivo no es recaudar más, sino fomentar hábitos más saludables entre la población mexicana, donde el consumo de refrescos es uno de los más altos del mundo.
Un impuesto con propósito de salud
Sheinbaum explicó que lo obtenido mediante el IEPS será destinado directamente a programas de atención para enfermedades relacionadas con el consumo excesivo de azúcar, como la diabetes y la hipertensión.
“El objetivo es que se consuma menos. Está científicamente demostrado que el exceso de bebidas azucaradas provoca daños a la salud”, destacó.
La Secretaría de Salud, añadió, mantiene un diálogo con productores para impulsar bebidas más saludables, sin afectar el empleo ni el comercio local.
Encuesta respalda la medida
La presidenta citó datos de una encuesta de ENKOLL, que confirman que el 88% de los mexicanos considera muy dañino el consumo de refrescos, y más de la mitad está de acuerdo en aplicar un impuesto más alto para desincentivar su compra.
Resultados clave de la encuesta:
- 88% cree que el consumo de refrescos es muy dañino.
- 54% apoya un impuesto más alto para reducir su consumo.
- 49% dejaría de comprar refrescos si aumentaran de precio.
Estos datos, señaló Sheinbaum, demuestran una mayor conciencia social sobre los efectos del azúcar en la salud y un respaldo ciudadano a las políticas de prevención.
Un cambio cultural en el consumo
El nuevo IEPS a bebidas azucaradas —equivalente a 1 peso adicional por cada 600 mililitros— busca modificar patrones de consumo sin afectar gravemente la economía familiar.
“Entendemos la preocupación, pero el objetivo es la salud de las y los mexicanos”, enfatizó Sheinbaum.
La medida se enmarca dentro de las políticas de salud de la Cuarta Transformación, enfocadas en atacar las causas estructurales de enfermedades crónicas y reducir el gasto público en tratamientos derivados de malos hábitos alimenticios.
Hacia un México más saludable
Con esta política, el gobierno federal busca equilibrar la recaudación fiscal con el bienestar social, promoviendo una transformación cultural en torno a la alimentación.
La postura de Sheinbaum deja claro que el IEPS no busca criminalizar el consumo, sino salvar vidas y reducir enfermedades prevenibles.
“Todo lo que se recaude se destinará a la atención médica de quienes más lo necesitan”, concluyó la mandataria.
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