Desde el 29 de marzo de 2025, entraron en vigor nuevas disposiciones de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que prohíben la venta de comida chatarra dentro de las escuelas en México. Las sanciones económicas por incumplimiento pueden alcanzar los 130 mil pesos, pero, ¿qué pasará con los puestos ambulantes y los padres que envíen alimentos procesados a sus hijos?
El nuevo programa nacional “Vida Saludable” busca fomentar hábitos saludables entre los estudiantes y reducir enfermedades como la obesidad infantil. Para entender el tema, las autoridades educativas lanzaron un Manual de Alimentos en las Escuelas.
Sanciones por vender comida chatarra en escuelas
La normativa estable que las escuelas preescolar, primaria, secundaria, Media Superior y Superior que permitan la venta de comida chatarra enfrentarán sanciones. Según el Manual de Alimentos en las Escuelas, los directivos deben reportar cualquier incumplimiento, pues las multas pueden ir desde los 11,314 hasta los 113,140 pesos, dependiendo de la gravedad del caso.
El Artículo 170 de la Ley General de Educación respalda estas medidas, con el objetivo de regular la alimentación escolar y evitar el consumo excesivo de productos ultraprocesados dentro de los planteles.
¿Habrá sanciones para los padres?
Ante la duda de si los padres serán multados por enviar comida chatarra a sus hijos, la presidenta Claudia Sheinbaum aclaró que no habrá sanciones económicas. Sin embargo, recomendó que los niños lleven alimentos saludables en sus loncheras.
“No, no te van a castigar, pero no debes. No debe comerse ni papitas fritas, ni refrescos, ni nada de eso que hace mucho daño a la salud”, señaló en una conferencia matutina.
¿Los puestos ambulantes también serán multados?
A diferencia de las tiendas escolares, los comerciantes ambulantes que se instalan en las inmediaciones de las escuelas no recibirán sanciones, ya que las reformas solo aplican dentro del Sistema Educativo Nacional.
Sin embargo, la SEP ha exhortado a estos vendedores a ofrecer productos más saludables para contribuir a la nueva normativa y promover una mejor alimentación entre los estudiantes.
A pesar de las nuevas restricciones, la venta de comida chatarra podría seguir siendo accesible en las calles cercanas a las escuelas, por lo que la responsabilidad de evitar su consumo recaerá en los padres y alumnos.
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