La muerte de un hombre de 74 años ocurrida dentro de las instalaciones de un gimnasio Smart Fit de Iztapalapa el pasado 4 de noviembre de 2024 ha generado preocupación y encendido el debate sobre las responsabilidades de los centros de entrenamiento en situaciones de emergencia.
Este nuevo incidente se suma a una serie de muertes en las instalaciones de esta cadena de gimnasios en México, y coloca nuevamente bajo el microscopio los protocolos de atención médica y seguridad en los gimnasios. ¿Es suficiente el respaldo contractual que ofrecen estos centros a sus usuarios? ¿Deberían ser responsables si un incidente se agrava por falta de atención médica inmediata? Aquí analizamos lo sucedido, el contexto de incidentes previos y lo que podría significar para los gimnasios en México.
Las circunstancias del incidente en Iztapalapa
Fue en el gimnasio Smart Fit de Plaza Zentralia, ubicado en la alcaldía Iztapalapa, cuando los servicios de emergencia fueron llamados para auxiliar a un hombre que ya no presentaba signos vitales al momento de su llegada. A pesar de los esfuerzos de los paramédicos, no se pudo hacer nada por salvar su vida. Según el reportero Carlos Jiménez, el gimnasio no cuenta con un servicio médico o protocolo de primeros auxilios, lo cual genera inquietudes sobre la preparación de estos centros ante emergencias que puedan surgir durante las actividades físicas.
Investigación de la Fiscalía CDMX: ¿accidente o negligencia?
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) ya ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos. Este suceso no es aislado; en abril de 2024, la misma Fiscalía abrió carpetas de investigación por una serie de muertes registradas en distintas sucursales de Smart Fit en la ciudad. En cada caso, se busca determinar si la falta de protocolos adecuados o de personal capacitado en primeros auxilios podría haber contribuido a los decesos, lo cual, de confirmarse, abriría la posibilidad de que estos eventos sean considerados como homicidios culposos por negligencia.
Para la Fiscalía, la investigación apunta a identificar patrones en las circunstancias de las muertes registradas en estos gimnasios. En algunos de los casos anteriores, como el de un hombre de 49 años en Iztacalco y el de una mujer de 20 años en Gustavo A. Madero, las víctimas se desmayaron momentos antes de perder la vida. Este comportamiento repetitivo plantea preguntas cruciales: ¿podría una respuesta oportuna haber hecho la diferencia? ¿Deberían los gimnasios estar preparados para actuar en situaciones de riesgo?
La responsabilidad de los gimnasios: ¿exime el contrato de obligaciones?
En el contrato de Smart Fit se menciona explícitamente que los usuarios deben asumir toda la responsabilidad sobre su estado de salud y , inclutcualquier eventualidad que pueda ocurrir dentro del establecimiento. Sin embargo, algunos especialistas legales cuestionan esta postura, argumentando que eximir completamente a un gimnasio de responsabilidad, en un espacio donde se realizan actividades de alto esfuerzo físico, podría ser un vacío que afecte a los usuarios. De acuerdo con lo estipulado, los usuarios deben realizar evaluaciones médicas anuales para asegurar que están en condiciones óptimas para ejercitarse.
Este tipo de cláusulas son vistas por algunos como insuficientes, especialmente en un país donde las condiciones de salud de los usuarios pueden variar ampliamente. Además, el hecho de que un gimnasio se desentienda de la asistencia en emergencias puede agravar la situación y aumentar la probabilidad de un desenlace fatal en caso de incidentes de salud repentinos.
¿Qué deben hacer los gimnasios para garantizar la seguridad de sus usuarios?
La situación en Smart Fit ha puesto sobre la mesa la necesidad de que todos los gimnasios cuenten con planes de emergencia y personal capacitado para dar primeros auxilios. En varios países, la normativa exige que los gimnasios tengan desfibriladores automáticos (AED) y personal entrenado en resucitación cardiopulmonar (RCP). En México, este tipo de regulaciones aún no son obligatorias, pero eventos recientes podrían generar presión para implementar protocolos mínimos de seguridad en todos los gimnasios, algo que contribuiría a reducir riesgos y ofrecer una experiencia más segura a los usuarios.
Para muchos expertos en salud y seguridad, la inversión en dispositivos y capacitación es clave en establecimientos que fomentan actividades físicas intensas. No obstante, estas prácticas no parecen estar generalizadas en gimnasios de bajo costo, como es el caso de Smart Fit, donde los precios accesibles atraen a grandes volúmenes de usuarios.
¿Qué sigue para los usuarios y los gimnasios en México?
La cadena de gimnasios Smart Fit, que hasta el momento no ha emitido un comunicado oficial respecto a este último incidente, podría enfrentar un escenario complicado si la Fiscalía determina que ha existido negligencia en sus instalaciones. Además, este tipo de investigaciones suelen tener repercusiones a nivel sectorial, ya que una resolución que considere la falta de protocolos como negligencia establecería un precedente para todos los gimnasios en el país.
El caso también invita a los usuarios a reflexionar sobre la importancia de conocer y exigir sus derechos, así como de comprender las implicaciones que conlleva firmar un contrato, el cual puede limitar las obligaciones del gimnasio en cuanto a su seguridad.
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