El lujo y la guerra conviven en las calles de Culiacán. La moda buchona, con su estética de cirugías extremas, marcas de diseñador y actitudes desafiantes, sigue dominando la escena social, pero ahora con una sombra de incertidumbre. La ciudad atraviesa una de sus peores crisis: violencia desbordada, sequía extrema y una economía marcada por el éxodo de ricos y narcos.
Si antes las calles eran escenario de ostentación y narcocultura, hoy se han convertido en territorios de miedo. Desde el 9 de septiembre de 2024, una nueva guerra interna ha fracturado a uno de los cárteles más poderosos del mundo: los Chapitos contra la Mayiza.
Las consecuencias son evidentes: calles vacías, negocios cerrando temprano, quinceañeras que celebran de día y familias enteras que han optado por marcharse.
El costo del empoderamiento buchón: cirugías, lujos y opulencia sin límites
La belleza buchona no es accesible para cualquiera. Los procedimientos estéticos que definen este estándar de lujo tienen un precio elevado:
- Abdominoplastia: entre 85 y 145 mil pesos.
- Aumento de mamas con prótesis: entre 90 y 115 mil pesos.
- Aumento de glúteos: entre 60 y 95 mil pesos.
- Bichectomía: entre 9 y 15 mil pesos.
- Aumento de mamas con grasa propia: alrededor de 70 mil pesos.
- Inyección de ácido hialurónico en labios: 5 mil pesos, con duración de un año.
A estos costos se suman consultas con cirujanos, medicamentos postoperatorios, fajas de recuperación y drenajes linfáticos. Quienes pueden permitirse este estilo de vida, incluso optan por casas de recuperación postquirúrgicas que ofrecen cuidados exclusivos.
Pero el fenómeno va más allá de las cirugías. El maquillaje recargado, el cabello largo con extensiones, las pestañas postizas y la ropa ajustada de lujo con logos visibles se han convertido en un símbolo de estatus.
Ya no es exclusivo de las esposas o parejas de narcotraficantes. Ahora, la estética buchona es un ideal de belleza aspiracional para muchas mujeres en Sinaloa, sin importar su entorno o nivel socioeconómico.
El narco como referente de poder: dinero sin explicaciones
En Culiacán, la billetera es lo primero. El dinero define el estatus social por encima de cualquier otra cualidad. Durante años, la bonanza del narcotráfico se reflejó en la venta récord de autos de lujo y en una economía que giraba en torno al dinero fácil.
«Pero nadie se quejaba cuando las agencias del Boulevard Pedro Infante eran las que más coches de lujo vendían en todo el país», comenta una ciudadana.
El problema es que ahora, con la violencia desatada, muchos empiezan a cuestionarse a qué precio llegó tanta riqueza.
Culiacán en crisis: violencia y sequía golpean a la ciudad
A la guerra del narco se suma otro problema grave: la falta de agua.
Desde mediados de 2024, la Universidad Autónoma de Sinaloa declaró emergencia por sequía. La ciudad, que históricamente ha sido clave en la producción agrícola del país, enfrenta ahora una crisis hídrica sin precedentes.
Con el conflicto entre los Chapitos y la Mayiza desatado, Culiacán se ha convertido en un lugar peligroso para todos.
- Los músicos de las bandas locales han perdido su trabajo.
- Las bodas y graduaciones han sido canceladas.
- Los locales cierran a las seis de la tarde, algunos un poco más tarde, con miedo a la violencia.
- El «toque de queda» no es oficial, pero lo impone el terror.
Los narcos de más alto nivel han huido. Culiacán ya no es un lugar seguro ni siquiera para ellos. La violencia ha vaciado la ciudad, dejando tras de sí miedo, incertidumbre y calles silenciosas.
El buchón como identidad cultural: más allá del crimen
El fenómeno buchón ya no es exclusivo del narcotráfico. Se ha convertido en un modelo aspiracional para muchas personas, mezclando lujo, empoderamiento y rebeldía.
Las mujeres buchonas no solo son las parejas de los narcos. También son empresarias, funcionarias y trabajadoras en diversas áreas, todas con el mismo sello: una estética llamativa, actitudes de poder y una forma de vida que exuda opulencia.
Los jóvenes tampoco han quedado fuera de esta influencia. A través de la música, la ropa y las redes sociales, la narcocultura sigue moldeando sus aspiraciones.
Pero mientras la moda y el estilo buchón siguen evolucionando, en las calles de Culiacán el mensaje es otro. El miedo y la violencia han dejado claro que el dinero no lo es todo.
¿Empoderamiento o confusión ante el terror?
En medio del caos, la ciudadanía comienza a exigir justicia. Las marchas por la paz han cobrado fuerza, a pesar del miedo a represalias.
«No somos violentos, queremos paz», dice una mujer entre lágrimas. Lleva cuatro meses sin noticias de sus dos hijos desaparecidos.
El empoderamiento buchón, que alguna vez representó seguridad, dinero y estatus, se enfrenta ahora a su mayor crisis. En una ciudad sumida en la guerra y la incertidumbre, el verdadero poder es el de la supervivencia.
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