El Parque Zoológico de Culiacán amaneció con una noticia desconcertante: una capibara hembra, uno de los dos ejemplares de esta especie sudamericana en exhibición, había desaparecido sin dejar rastro.
Durante una inspección de rutina, el personal notó la ausencia. Lo más inquietante: no había registro alguno de traslado, préstamo, venta o liberación autorizada. La capibara estaba en buen estado de salud, sin historial de problemas recientes, y su monitoreo veterinario no había mostrado anomalías.
Un caso sin pistas claras
El responsable del área de veterinaria, con apenas cuatro meses en el cargo, confirmó que de inmediato se activaron protocolos internos de búsqueda. El equipo técnico inspeccionó corrales, revisó barreras de seguridad y verificó accesos. No hubo señales de entrada forzada ni daños en las instalaciones.
A pesar de ello, se incrementaron los patrullajes internos y se reforzó la vigilancia en los puntos de acceso, ante la posibilidad de un error operativo o un acto externo aún no identificado.
Reacciones ciudadanas y presión pública
La noticia encendió las redes sociales. Organizaciones defensoras de la fauna y ciudadanos han exigido explicaciones al director del zoológico, José María Casanova Rodríguez. Piden conocer los protocolos de manejo, medidas preventivas y la estrategia de seguridad previa al incidente.
«Un zoológico es responsable de cada ejemplar que aloja. La desaparición de un animal sin causa aparente es inaceptable», expresó un portavoz de una ONG ambiental.
Exigen intervención de autoridades ambientales
Los activistas solicitan que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Medio Ambiente estatal supervisen la investigación. El objetivo: garantizar que no existan fallas en el cuidado y protección de los animales bajo resguardo.
Incertidumbre y debate sobre la seguridad en zoológicos
Hasta ahora, el Zoológico de Culiacán solo ha confirmado la ausencia del ejemplar y la búsqueda en curso. Sin información detallada, la comunidad sigue sin respuestas, y el caso ha reavivado el debate sobre las medidas de seguridad en recintos dedicados a la conservación de fauna silvestre.
Mientras tanto, la pregunta que ronda en Culiacán es la misma: ¿dónde quedó la capibara?
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