domingo, diciembre 21, 2025

México y EE.UU. pactan entrega de agua del Río Bravo sin renegociar

México y EE.UU. alcanzan acuerdo por el agua del Río Bravo

A orillas de una crisis hídrica sin precedentes, México y Estados Unidos han logrado un acuerdo diplomático que busca evitar tensiones mayores: la entrega del agua comprometida en el Tratado de Aguas de 1944 se cumplirá en tiempo, sin necesidad de renegociar los términos históricos. A pocos meses del cierre del ciclo hídrico actual, que culmina en octubre de 2025, el compromiso se mantiene firme, aunque el panorama de las presas internacionales refleja niveles alarmantes.

El acuerdo: agua hoy, cooperación mañana

El pacto, anunciado por las Secretarías de Relaciones Exteriores y Agricultura, prevé transferencias inmediatas de agua y acciones durante la próxima temporada de lluvias. La prioridad declarada es clara: asegurar el abastecimiento humano para las poblaciones mexicanas, sin comprometer los compromisos adquiridos con Estados Unidos.

El ciclo actual de entrega, iniciado el 25 de octubre de 2020, exige que México entregue un promedio de 432 millones de metros cúbicos anuales, que suman más de 2,100 millones en cinco años. El acuerdo intenta cerrar la brecha actual de 1,555.9 millones de metros cúbicos pendientes, antes de la fecha límite en octubre de este año.

Una historia de tensiones: la herencia del Tratado de 1944

Desde hace más de 80 años, el Tratado de Aguas ha funcionado como una piedra angular en la cooperación bilateral entre ambos países. El texto establece que México debe entregar agua del Río Bravo, mientras que Estados Unidos lo hace desde el Río Colorado hacia Baja California.

A lo largo de los años, el cumplimiento del tratado ha sido intermitente. En varios ciclos, México ha tenido que compensar faltantes en el siguiente periodo quinquenal, como podría ocurrir nuevamente entre 2025 y 2030.

Sin embargo, ambos gobiernos coincidieron en que no es necesaria una renegociación del tratado, sino su aplicación plena con base en diálogo técnico y cooperación institucional.

Las presas del norte: espejo de una crisis silenciosa

El escenario es crítico: las principales presas de la cuenca del Río Bravo están en niveles mínimos históricos. La presa Falcón, en Tamaulipas, se encuentra al 8% de su capacidad, con solo 112.788 hectómetros cúbicos almacenados. La presa La Amistad, en Coahuila, apenas alcanza el 14%. Ambas infraestructuras son claves para los compromisos binacionales.

En el resto de la cuenca la situación no es más alentadora:

  • El Cuchillo (Nuevo León): de 107% en enero a 92% actualmente.
  • Marte R. Gómez (Tamaulipas): de 117% a 93%.
  • La Boquilla (Chihuahua): apenas 15% de llenado.
  • El Rejón (Chihuahua): pasó de 66% a 31%.
  • El Granero: redujo de 63% a 57%.

Este panorama dificulta cualquier transferencia de agua, lo que obliga a tomar decisiones complejas que pueden afectar a agricultores, ganaderos y a poblaciones enteras.

¿Y los agricultores? La presión de Texas

Desde el otro lado del río, la presión ha sido intensa. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos, liderado por Brooke Rollins, celebró el acuerdo como un triunfo para los productores texanos. Tras semanas de negociaciones y presiones diplomáticas, se logró garantizar el agua necesaria para la agricultura en el sur de Texas.

“Que México finalmente satisfaga las necesidades de agua de los agricultores texanos es un gran logro”, declaró Rollins, reconociendo también la necesidad de seguir colaborando con las autoridades mexicanas en futuros ciclos.

CILA y Conagua: seguimiento técnico en tiempo real

El cumplimiento del tratado no solo depende de la voluntad política. Las decisiones se toman en el marco de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), que junto con Conagua, da seguimiento al estado de las presas, los afluentes, y al cumplimiento puntual de cada entrega.

Además, se acordó establecer un mecanismo de consultas anuales de alto nivel, lo cual permitirá hacer ajustes en tiempo real y evitar crisis como la actual en futuros ciclos.

¿Qué pasará después de octubre?

Si México no logra entregar el total de agua comprometida antes del 24 de octubre de 2025, el Tratado permite compensar los faltantes en el siguiente periodo (2025-2030). Pero la presión política y diplomática para evitar ese escenario es alta.

El acuerdo actual no es una solución definitiva, sino una contención a una emergencia estructural. La falta de lluvias, el aumento de consumo y el cambio climático están afectando las cuencas de ambos países. La verdadera solución será invertir en infraestructura, uso eficiente del agua y políticas hídricas sostenibles a largo plazo.

Una gota de alivio en un océano de incertidumbre

México y Estados Unidos han logrado evitar una crisis diplomática mayor en torno al agua del Río Bravo, cumpliendo el Tratado de 1944 sin renegociarlo. Pero el acuerdo llega con el reloj corriendo y las presas al borde del colapso. No es una victoria final, sino una tregua temporal en una guerra silenciosa por el agua.

El futuro dependerá de lluvias, acuerdos técnicos, decisiones políticas y, sobre todo, de reconocer que el agua no es un recurso infinito. Lo que hoy fluye por el Río Bravo, podría mañana ser solo un recuerdo seco de lo que fue cooperación binacional.

Giovanna Cancino
Giovanna Cancino
Giovanna Cancino es una experimentada profesional de la comunicación, Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Con más de una década de trayectoria en medios impresos y digitales, se ha consolidado como reportera y editora. Su profundo conocimiento se refleja en sus colaboraciones en la sección deportiva 'Sport Judge', así como en las importantes secciones Nacional e Internacional, asegurando una cobertura fiable y relevante para nuestros lectores.
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