La lluvia que devolvió esperanza
Después de meses en los que la sequía marcó la agenda hídrica de México, las recientes lluvias han traído un respiro: el llenado de las 210 principales presas del país alcanzó el 50% de su capacidad, lo que representa 63 mil 29 millones de metros cúbicos de agua.
En solo 15 días, estos embalses ganaron 1,484 millones de metros cúbicos, una cifra que refleja el impacto positivo de las precipitaciones recientes, informó el Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas de la Conagua.
El contexto del déficit
Aunque la noticia es alentadora, aún existe un déficit del 7% en comparación con el promedio histórico para estas fechas.
Daniel Arriaga Fuentes, subgerente de Hidrología Operativa, explicó que el promedio nacional para el 11 de agosto debería ser de 67 mil 525 millones de metros cúbicos, y el histórico se ubica en 64 mil 590 millones. Esto significa que, pese al avance, el país todavía está por debajo del ideal para asegurar el abasto a largo plazo.
Cómo se distribuye el agua en las presas
Actualmente, 27 presas reportan más del 100% de llenado, lo que obliga a un manejo cuidadoso para evitar desbordamientos.
Otras 65 presas están entre 75% y 100% de su capacidad, 59 entre 50% y 75%, y 59 más por debajo del 50%, la mayoría en zonas con sequía persistente. Esta distribución evidencia que, aunque la recuperación es visible, sigue habiendo regiones vulnerables.
El caso del Sistema Cutzamala
Uno de los sistemas más vigilados del país, el Cutzamala, muestra una mejoría significativa.
Patricia Labrada Montalvo, directora técnica del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, detalló que pasó de 59.9% a 64.8% de almacenamiento en 15 días, lo que equivale a un incremento de 37.66 millones de metros cúbicos.
En detalle:
- Presa Valle de Bravo: 301.34 millones de m³ (76.4%).
- Presa El Bosque: 105.96 millones de m³ (52.4%).
- Presa Villa Victoria: 99.50 millones de m³ (53.6%).
Un contraste con 2024
La comparación con el año pasado es contundente: el 11 de agosto de 2024, el Cutzamala apenas tenía 28.3% de su capacidad, es decir, 221.2 millones de metros cúbicos.
Ese bajo nivel estuvo asociado a una de las sequías más graves en décadas, que afectó el suministro de agua en gran parte del país y obligó a implementar medidas de racionamiento.
Retos hacia el futuro
Las lluvias han sido un bálsamo para las presas mexicanas, pero los especialistas advierten que se debe mantener una política de uso responsable del agua. El cambio climático, las variaciones en los patrones de lluvia y el crecimiento poblacional siguen presionando la seguridad hídrica del país.
De aquí a fin de año, la clave estará en que las lluvias continúen y que la gestión del recurso sea estratégica para evitar crisis en la temporada seca.


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