El discurso del presidente de Estados Unidos trajo consigo el anuncio de medidas migratorias que, aunque esperadas, dejaron a México sin una respuesta clara. Mientras las deportaciones y el cierre de fronteras se convierten en una realidad, el gobierno mexicano parece estar improvisando ante una crisis que requiere planeación estratégica y acciones inmediatas.
La falta de planeación: una deuda con nuestros paisanos
Desde la llegada de nuevas políticas en Estados Unidos, era predecible que estas impactarían directamente en las comunidades de migrantes mexicanos y centroamericanos. Sin embargo, México no respondió a tiempo. En lugar de implementar un plan estructurado, las acciones gubernamentales se limitaron a mensajes de bienvenida simbólicos, dejando a miles de personas en situación vulnerable.
Esta inacción no solo compromete la soberanía del país, sino que agrava la crisis humanitaria en las fronteras norte y sur. Si México no asume su responsabilidad con firmeza, los costos sociales y económicos serán inmensos.
Propuestas concretas para una política migratoria efectiva
1. Crear un foro de emergencia con expertos internacionales y nacionales
México cuenta con instituciones y profesionales de alta capacidad en temas migratorios, como los colegios de la Frontera Norte y Sur, ACNUR y UNICEF. Un foro con estas organizaciones permitiría generar un marco de acción inmediato que contemple:
- Atención humanitaria en albergues.
- Protocolos para niños, niñas y adolescentes migrantes.
- Estrategias de integración para quienes sean repatriados.
2. Rediseñar el presupuesto para atender a los migrantes
La Cámara de Diputados debe reasignar recursos para enfrentar la crisis. Este presupuesto debería incluir:
- Un fondo de repatriación y retorno que garantice a los migrantes condiciones dignas al regresar.
- Apoyo a albergues operados por organizaciones civiles y religiosas, como Save the Children o las Casas del Migrante.
- Recursos para proyectos de emprendimiento, integrando a los migrantes a la economía local.
3. Reformar la Ley de Migración y el Plan Nacional de Desarrollo
El marco legal actual no contempla emergencias como la repatriación masiva. Una reforma a la Ley de Migración debería incluir:
- Protocolos de protección para familias y menores no acompañados.
- Un capítulo especial que establezca mecanismos de acción rápida frente a deportaciones masivas.
4. Presentar un “Amicus Curiae” en tribunales internacionales
México debe respaldar a los migrantes a nivel jurídico. El “Amicus Curiae” permitiría aportar argumentos legales en casos de deportaciones arbitrarias, defendiendo los derechos humanos de nuestros connacionales.
5. Fortalecer la colaboración con países centroamericanos
La migración no es un problema exclusivo de México. Es vital coordinar esfuerzos con países como Guatemala, Honduras y El Salvador para construir soluciones regionales que aborden las causas raíz de la migración, como la pobreza y la violencia.
El papel de la sociedad civil: aliados imprescindibles
Organizaciones civiles, como FM4 Paso Libre o las redes de albergues, son clave para atender las necesidades inmediatas de los migrantes. El gobierno debe facilitar su trabajo a través de financiamiento, capacitación y apoyo logístico.
Historias que importan: el rostro de la migración
Ana María, madre de tres hijos, fue deportada después de 15 años en Estados Unidos. Ahora enfrenta un futuro incierto en México. Como ella, miles de personas llegan a nuestro país con recursos limitados y buscan apoyo. Estas historias deben inspirar soluciones reales.
México debe asumir su papel
El desafío migratorio es una prueba de liderazgo para México. Es momento de pasar de la improvisación a la acción concreta, protegiendo a nuestros paisanos y fortaleciendo nuestras instituciones. Las propuestas están sobre la mesa, pero solo tendrán impacto si se implementan con voluntad política.
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