En medio del bullicio de la Ciudad de México, cada día 120 personas acuden a la Procuraduría de la Defensa del Trabajo buscando justicia tras un conflicto con su empleador. Muchos llegan con incertidumbre, otros con esperanza, pero la mayoría encuentra una respuesta que evita procesos largos y costosos: la mediación.
Según datos de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo (STyFE), el 50% de los casos por despido injustificado se resuelven mediante acuerdos conciliatorios que benefician directamente a los trabajadores. La titular de la dependencia, Inés González, afirma que esta estrategia ha transformado la forma en que se protegen los derechos laborales en la capital.
Una historia que se repite: “me despidieron sin motivo”
Cada expediente guarda una historia. Empleados que fueron despedidos porque “ya no eran necesarios”, proyectos que “llegaron a su fin” o empresas que “cerraron operaciones” sin liquidar conforme a ley. Motivos que, aunque comunes, no están reconocidos por la Ley Federal del Trabajo como causas justificadas.
Ante ello, los subprocuradores de la dependencia negocian indemnizaciones justas, buscando siempre que los trabajadores no renuncien a sus derechos.
“Nuestra tarea es acompañarlos y lograr acuerdos que les devuelvan la estabilidad económica sin prolongar el conflicto”, explicó González durante la inauguración de las nuevas salas de asesoría jurídica y conciliación laboral.
Un espacio más humano para la justicia laboral
El nuevo modelo de atención de la Procuraduría no solo agiliza procesos, también humaniza la justicia laboral. Las nuevas salas están diseñadas para ofrecer atención inclusiva a mujeres y personas con discapacidad, además de contar con una ludoteca infantil que permite a madres y padres trabajadores acudir sin preocuparse por el cuidado de sus hijos.
“Queremos que la justicia sea accesible para todos”, afirmó la secretaria del Trabajo, destacando que este enfoque integral busca devolverle dignidad y confianza al asalariado.
El reto de los bajos salarios en la capital
Más allá de los despidos, la funcionaria reconoció otro problema estructural: los bajos ingresos laborales. En sectores como el cuidado, la limpieza, la seguridad o la construcción, el salario mínimo apenas cubre lo básico.
“Debemos avanzar hacia un ingreso que dé solvencia real en el bolsillo del trabajador”, señaló González, aludiendo a la necesidad de que los aumentos salariales acompañen la productividad y los costos de vida en la capital.
La mediación, en este contexto, no solo evita pleitos legales: es una herramienta para dignificar el trabajo y promover relaciones laborales más justas.
Una justicia laboral más cercana al ciudadano
Con cada acuerdo logrado, la Procuraduría demuestra que la mediación es más que un trámite administrativo: es una vía efectiva para restablecer la confianza entre empleadores y empleados, y una señal de que la justicia laboral puede ser rápida, incluyente y reparadora.
El caso de la Ciudad de México podría marcar una tendencia para todo el país, posicionando a la capital como un modelo de conciliación laboral moderna y accesible.


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