La noche del pasado 9 de noviembre, Querétaro vivió uno de los episodios más sangrientos de su historia reciente. En el bar «Los Cantaritos», ubicado en Avenida Circunvalación, un ataque armado dejó 10 personas sin vida y 13 más heridas.
La Fiscalía General del Estado (FGE) ha confirmado que este ataque no fue aleatorio: detrás de la masacre, se esconde una disputa territorial entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima.
¿Qué sabemos hasta ahora?
El fiscal de Querétaro, Víctor de Jesús Hernández, aseguró que las investigaciones han permitido identificar a los posibles responsables gracias a grabaciones de cámaras de seguridad en el bar y sus alrededores. Estas imágenes son pieza clave en la reconstrucción de los hechos.
“Tenemos elementos para empezar a identificar a las personas involucradas. Aunque es una investigación en curso, estamos avanzando con firmeza”, aseguró Hernández.
En colaboración con la Fiscalía General de la República (FGR) y autoridades de estados vecinos, los esfuerzos se centran en la localización de los agresores. Entre las diligencias realizadas destacan cateos, entrevistas y el análisis detallado de los vínculos entre el bar y el crimen organizado.
El detenido y su rol en el ataque
La única persona detenida tras el ataque fue aprehendida la misma noche del incidente. Según Humberto Pérez González, vicefiscal de Investigación Científica y Policial, esta persona habría obstaculizado el trabajo de las autoridades en la escena del crimen.
Aunque su identidad no ha sido revelada, se sabe que su relación con las actividades internas del bar levantó sospechas, especialmente al impedir el acceso libre a las autoridades.
“Aún no podemos confirmar si sus acciones fueron deliberadas o una reacción aislada. Sin embargo, su conducta inicial fue determinante para su detención”, explicó el vicefiscal.
Cárteles y disputas: Contexto del ataque
Según las autoridades, el ataque tenía un objetivo claro: eliminar a Fernando González Núñez, alias «La Flaca», y Jesús Arteaga Montenegro, alias «El Chuyón». Ambos eran presuntos operadores del CJNG, y su ejecución sería parte de una ofensiva del Cártel de Santa Rosa de Lima.
Los enfrentamientos entre ambos cárteles han sembrado terror en la región del Bajío, particularmente en Querétaro, donde también operan grupos como Los Caballeros Templarios, Los Hades y células remanentes del Cártel del Golfo.
No es un hecho aislado
El ataque en «Los Cantaritos» se suma a otros episodios recientes de violencia en Querétaro. Dos días antes, el 7 de noviembre, un restaurante fue escenario de otro ataque que dejó tres muertos, un hecho que podría estar relacionado con esta masacre.
Impacto en la comunidad y respuesta de las autoridades
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, destacó que la coordinación entre los niveles de gobierno ha permitido reconstruir parte de los hechos. Sin embargo, reconoció que el caso es complejo debido a su magnitud y a la creciente influencia de grupos criminales en la región.
Mientras tanto, las familias de las víctimas exigen justicia, mientras la comunidad local vive con miedo ante posibles represalias.
Una tragedia que exige respuestas
El ataque en «Los Cantaritos» es un crudo recordatorio de cómo el crimen organizado ha permeado incluso zonas consideradas tranquilas como Querétaro. La colaboración entre niveles de gobierno será crucial para desarticular estas redes criminales y devolver la seguridad a la región.
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