El estado de Querétaro, conocido por su seguridad en comparación con otras entidades mexicanas, fue sacudido este fin de semana por una masacre en el bar Los Cantaritos. El ataque dejó un saldo de 10 personas asesinadas y 13 heridas, en lo que parece ser un ajuste de cuentas entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL). Este incidente marca un cambio en el panorama de seguridad del estado, el cual ha sido afectado por la expansión de la violencia del crimen organizado.
Un objetivo claro: la persecución de “La Flaca”
Las autoridades han identificado al objetivo del ataque: Fernando González Núñez, alias “La Flaca”, un presunto miembro del CJNG. De acuerdo con Humberto Pérez González, vicefiscal de Investigación Científica y Policial, “La Flaca” fue detenido en dos ocasiones este año por posesión de armas de uso exclusivo del Ejército y robo de hidrocarburos (huachicol). Sin embargo, en ambas ocasiones fue liberado por la Fiscalía General de la República (FGR), una decisión que ha sido cuestionada tras la masacre.
El especialista en temas de seguridad, David Saucedo, indicó que el Cártel de Santa Rosa de Lima, enemigo del CJNG, estaría detrás del ataque. Esta célula criminal, debilitada en su estado natal, Guanajuato, ha extendido su lucha por el control de territorios a Querétaro. Según Saucedo, la violencia de los cárteles en la región está relacionada con la competencia por el control del huachicol y otras actividades delictivas.
Redes sociales: el lujo y poder de “La Flaca”
Fernando González Núñez, conocido como “La Flaca”, no solo operaba dentro de la organización del CJNG, sino que también publicaba activamente en redes sociales, donde presumía una vida de lujo, con armas, autos de alta gama y joyas. En Instagram, horas antes de la masacre, compartió una foto de un cantarito con el mensaje “Última parada”, una publicación que muchos ahora consideran un presagio del ataque que vendría.
Además de Instagram, “La Flaca” también utilizaba Threads para mostrar su afiliación al CJNG, posteando imágenes con armas y chalecos tácticos con la insignia del cártel. Según el periodista Antonio Nieto, estas plataformas sirven como un medio para reclutar sicarios jóvenes, que veían en estas publicaciones una oportunidad para integrarse a la organización y seguir los pasos de este “influencer” del crimen organizado.
El ataque: caos en Los Cantaritos
El atentado en el bar Los Cantaritos ocurrió a las 21:30 horas del sábado, cuando al menos cuatro hombres armados ingresaron y abrieron fuego contra los presentes, sembrando el caos en el lugar. Juan Luis Ferrusca Ortiz, responsable de seguridad en Querétaro, detalló que los agresores llegaron en una camioneta cuyas placas fueron identificadas a través de cámaras de vigilancia. Después del ataque, el vehículo fue incendiado, una práctica común del crimen organizado para borrar evidencias.
El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, aseguró que el aparato de seguridad del estado ya se ha movilizado para encontrar a los responsables. Kuri pidió a los ciudadanos confianza en que este caso no quedará impune, y que se tomarán medidas contundentes para restaurar la seguridad en la entidad.
Querétaro: de paz relativa a una nueva ola de violencia
Querétaro, tradicionalmente visto como uno de los estados más seguros de México, ha comenzado a experimentar una creciente ola de violencia relacionada con el narcotráfico. El analista de seguridad David Saucedo subraya que los ataques en bares y restaurantes son una estrategia común de los cárteles, que usan estos atentados para sembrar el terror y cobrar cuotas a los propietarios de negocios. La incursión de grupos criminales en Querétaro podría estar ligada a la guerra entre el CJNG y el CSRL, que se ha trasladado de Guanajuato a Querétaro en su búsqueda por el control de zonas estratégicas para el robo de hidrocarburos.
Además de estas organizaciones, Querétaro ha visto la presencia de otros grupos delictivos como Los Caballeros Templarios y células afines al Cártel de los Beltrán Leyva y La Familia Michoacana. La creciente complejidad del mapa del crimen organizado en el estado exige una respuesta efectiva por parte de las autoridades.
El camino hacia la justicia: promesas y desafíos
Las autoridades locales han prometido que la investigación se llevará a cabo con rapidez para capturar a los responsables y restaurar la tranquilidad en Querétaro. En paralelo, la comunidad exige no solo la detención de los autores materiales, sino también una estrategia que evite que este tipo de tragedias se repitan. La masacre en Los Cantaritos es una advertencia sobre el potencial de los cárteles para penetrar en estados que antes se consideraban relativamente seguros.


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