El 24 de julio de 2020, Jael Monserrat Uribe Palmeros, una joven recepcionista de un call center en la Ciudad de México, abordó un vehículo en la colonia Apatlaco, Iztapalapa, para dirigirse a una reunión laboral. Esa fue la última vez que se le vio con vida. Desde entonces, su madre, Jaqueline Palmeros, comenzó una búsqueda imparable que incluyó protestas, jornadas de búsqueda y un esfuerzo constante para mantener viva su memoria.
En noviembre de 2024, tras cuatro largos años de incertidumbre, Jaqueline encontró restos óseos en la zona del Ajusco, Tlalpan, que luego fueron identificados por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) como pertenecientes a Jael.
El hallazgo en el Ajusco
Con la ayuda de colectivos como «Una Luz en el Camino», fundado por la propia Jaqueline, la búsqueda dio resultados cuando algunos restos de Jael fueron hallados en una de las jornadas organizadas en el Ajusco.
El 20 de enero de 2025, la FGJCDMX confirmó, mediante pruebas de ADN, que los restos correspondían a Jael Monserrat. Sin embargo, el hallazgo no marcó el fin de la lucha. La familia ahora busca recuperar la totalidad de los restos para darle una sepultura digna.
Una madre incansable: «Promesa cumplida»
“Descansa en paz, mi amor. Promesa cumplida”, expresó Jaqueline en sus redes sociales, con palabras llenas de amor y dolor. Desde el inicio, su promesa fue encontrar a su hija y llevarla de vuelta a casa, y finalmente lo logró.
Jaqueline recuerda a Jael como una joven alegre, apasionada por los tenis Jordan y siempre preocupada por su seguridad. En una entrevista, compartió una anécdota que reflejaba el carácter de su hija: “Imagínate que algún día me quieren hacer algo, ¿cómo voy a correr con zapatillas?”, le dijo Jael.
Próxima jornada de búsqueda
Para continuar honrando la memoria de Jael, Jaqueline y colectivos de búsqueda han convocado a una nueva jornada en el Ajusco los días 27, 28 y 29 de enero. Esta actividad busca recuperar más restos y seguir exigiendo justicia para Jael y otras víctimas de desaparición en México.
Impacto social y la lucha de los colectivos
El caso de Jael Monserrat refleja la crisis de desapariciones en México y el papel fundamental de las madres buscadoras. A pesar del dolor, estas mujeres se convierten en símbolos de resistencia y esperanza, enfrentándose a un sistema que muchas veces les da la espalda.
La historia de Jaqueline Palmeros es un testimonio de amor y determinación, pero también un recordatorio de la necesidad de garantizar seguridad y justicia para todos.
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