Todo comenzó en diciembre del año pasado, en Texcaltitlán, cuando un linchamiento de extorsionadores de “La Familia” dejó 14 muertos en una cancha polvorienta. Las imágenes, estremecedoras, revelaron el hartazgo de una comunidad asediada por el crimen organizado. Pero también evidenciaron un problema aún mayor: la complicidad policial que ha permitido a los cárteles operar con impunidad.
El linchamiento fue solo el comienzo. En los meses siguientes, la Fiscalía del Estado de México, liderada por José Luis Cervantes, inició una cruzada para desmantelar las redes de corrupción entre policías municipales y el crimen organizado.
Pozos clandestinos: el horror en Nicolás Romero
En junio, un hallazgo sacudió al país: dos pozos de 40 metros de profundidad en Nicolás Romero, utilizados por el CJNG como fosas clandestinas. Las víctimas eran arrojadas vivas; si no morían por el impacto, lo hacían por hambre o deshidratación.
La investigación reveló que los policías municipales no solo sabían de estos pozos, sino que los habían sugerido a los criminales. En respuesta, la Fiscalía organizó un operativo masivo con apoyo del Ejército y la Marina, deteniendo a 11 policías, incluido el director de la corporación.
La colaboración con Omar García Harfuch: el operativo «Enjambre»
La magnitud del problema obligó a la Fiscalía a buscar aliados. El fiscal Cervantes recurrió al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, conocido por su trabajo en la CDMX. Juntos diseñaron el operativo “Enjambre”, una estrategia para desarticular redes criminales infiltradas en las instituciones municipales.
El despliegue inicial resultó en la detención de cuatro comisarios municipales involucrados en secuestros y extorsión, pero el desafío apenas comienza. Según fuentes internas, al menos 10 directores de seguridad pública han desaparecido desde el inicio del operativo, evitando presentarse a trabajar.
La lucha contra la corrupción: un camino largo
A pesar de los avances, los funcionarios de la Fiscalía admiten que judicializar estos casos será complicado. Sin embargo, las acciones recientes envían un mensaje claro: la impunidad no será tolerada.
La colaboración entre Cervantes y García Harfuch ha sido clave para avanzar en esta cruzada. Pero para ganar esta batalla, será necesario mantener el apoyo del Ejército, la Marina y la ciudadanía.
Conclusión: justicia en construcción
Los linchamientos, las fosas y la corrupción policial son síntomas de un sistema que requiere una transformación profunda. El operativo “Enjambre” es un paso en la dirección correcta, pero la lucha por la justicia en el Estado de México está lejos de terminar.
La esperanza radica en que estas acciones sean el comienzo de una nueva era, donde la justicia prevalezca sobre la impunidad y el crimen organizado pierda el control que ha ejercido durante años.
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