Por décadas, Marcial Maciel fue visto como un “visionario” de la Iglesia católica. Fundó los Legionarios de Cristo, creó colegios y movió millonarias donaciones. Pero detrás de la sotana había un secreto atroz: abusos sexuales sistemáticos y una red de encubrimiento.
El documental “Marcial Maciel: El lobo de Dios” volvió a poner bajo la lupa las denuncias y el silencio institucional que permitió que los crímenes se repitieran por más de cinco décadas.
La reacción de los Legionarios de Cristo
Tras la polémica, la congregación difundió un comunicado donde admite la gravedad de los hechos y ofrece nuevamente disculpas:
“Reconocemos con tristeza la incapacidad inicial de creer los testimonios de víctimas, el largo silencio institucional y los errores de juicio al informar”.
Los Legionarios reiteraron su “solidaridad y cercanía” con las víctimas, y reconocieron que el dolor aún marca la historia de la organización.
Un sistema de abusos y silencios
El caso de Marcial Maciel no fue un hecho aislado. Según documentos internos revelados, desde los años cincuenta ya existían advertencias sobre su conducta.
- En 1956, dos sacerdotes fundadores denunciaron irregularidades.
- En 1976, Juan José Vaca, superior regional, envió una carta con acusaciones directas.
- En 1997, ocho exseminaristas rompieron el silencio públicamente.
Pese a ello, Maciel siguió protegido por aliados dentro y fuera del Vaticano, lo que le permitió expandir su poder y perpetuar abusos.
La intervención del Vaticano
Fue hasta 2006, bajo el pontificado de Benedicto XVI, que la Santa Sede sancionó a Marcial Maciel, prohibiéndole el ejercicio público del ministerio sacerdotal.
En 2014, el Capítulo General de los Legionarios declaró que Maciel no podía ser referente de santidad. Y en 2020, el papa Francisco confirmó que sus crímenes lo descalificaban como modelo de vida religiosa.
“El lobo de Dios”: voces que no callan
La docuserie ofrece testimonios de sobrevivientes, exmiembros y especialistas. Se estima que Maciel abusó al menos de 60 menores, aunque investigaciones periodísticas elevan la cifra a más de 175 casos documentados.
La producción muestra cómo el fundador construyó una fachada de santidad mientras manipulaba a víctimas, reclutaba jóvenes y usaba su influencia política y económica para acallar denuncias.
Una congregación bajo presión
Los Legionarios aseguran que desde hace 15 años han implementado cambios estructurales: protocolos de prevención, acompañamiento a víctimas y programas de rendición de cuentas. Sin embargo, críticos sostienen que los avances aún son insuficientes.
La disputa actual gira también en torno al uso de imágenes en el documental, que la congregación afirma se incluyeron sin autorización de algunos involucrados.
La lucha por la verdad
El caso de Marcial Maciel simboliza la crisis global de abusos sexuales en la Iglesia católica y la necesidad de romper con décadas de silencio.
El documental “El lobo de Dios” no solo revive el dolor de las víctimas, también abre un debate sobre la responsabilidad institucional y el futuro de los Legionarios de Cristo.


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