La mañana del jueves 5 de diciembre, un macabro hallazgo sacudió al municipio de Cadereyta, en Nuevo León. En un terreno baldío que conecta dos avenidas importantes —el Álamo y Roble—, fueron encontrados dos cuerpos de hombres, con signos de tortura y violencia extrema. El hecho ocurrió debajo del puente del Anillo Periférico, un área que, hasta ese momento, no era conocida por ser escenario de crímenes tan atroces.
Los cuerpos, semidesnudos y atados de manos y pies, presentaban heridas visibles provocadas por impactos de arma de fuego. Esto, junto con los informes preliminares, sugiere que las víctimas habrían sido lanzadas desde lo alto del puente. La escena, que mostraba la brutalidad con la que se ejecutó el crimen, dejó perplejos a los investigadores y autoridades locales.
Vínculos con bandas de narcomenudeo
Aunque no se ha confirmado el grupo criminal al que podrían pertenecer las víctimas, las primeras investigaciones apuntan a que los dos hombres estarían vinculados al narcotráfico, específicamente al narcomenudeo, una actividad que ha crecido en la zona sur de Monterrey. La ubicación del crimen y el modus operandi de los asesinos sugieren que se trató de una ejecución relacionada con disputas entre grupos rivales en el mercado de la venta de drogas.
De acuerdo con las autoridades, los cuerpos fueron trasladados al anfiteatro del Hospital Universitario en Monterrey, donde aún no se ha logrado identificar a las víctimas, aunque se sabe que ambos portaban camisetas y bóxer, y estaban parcialmente envueltos en sábanas. La violencia generada por el narcomenudeo en Monterrey ha sido un tema recurrente en las noticias locales, y estos crímenes son solo la punta del iceberg en una lucha sangrienta por el control de las rutas de distribución de drogas.
La disminución en los homicidios en Nuevo León: ¿una luz al final del túnel?
Aunque este hallazgo refleja la crudeza de la violencia en Nuevo León, es importante señalar que, en términos generales, el estado ha experimentado una leve disminución en los homicidios dolosos en los últimos meses. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en octubre se registraron 120 homicidios dolosos, 30 menos que en septiembre y 50 menos que en junio, cuando se alcanzó la cifra más alta del año con 170 asesinatos.
En noviembre, la cifra de homicidios en la entidad se redujo a 111, y durante los primeros días de diciembre se han contabilizado al menos 12 crímenes. Esta baja en la violencia, sin embargo, no ha sido suficiente para sacar a Nuevo León del listado de las cinco entidades más violentas del país. Guanajuato, Baja California, Estado de México y Chihuahua siguen encabezando las estadísticas de homicidios dolosos.
Las estrategias de seguridad y su impacto en la reducción de crímenes
A pesar de la disminución en la violencia homicida, la situación sigue siendo crítica. El gobierno estatal ha implementado varias estrategias de seguridad, incluyendo operativos conjuntos entre la policía estatal y federal, sin embargo, la lucha contra los grupos criminales sigue siendo un desafío. La presencia de estos grupos en el narcotráfico y otras actividades ilícitas ha provocado que la situación de inseguridad se mantenga vigente, especialmente en las zonas urbanas como Monterrey y sus alrededores.
En este contexto, el gobierno de Nuevo León ha aumentado la presencia de fuerzas federales en la zona metropolitana, aunque el impacto real de estas acciones sigue siendo incierto. La criminalidad sigue siendo una amenaza constante, y las autoridades locales insisten en la necesidad de reformas estructurales en las políticas de seguridad pública para frenar la violencia.
Una batalla por el control de la seguridad
Nuevo León se encuentra en medio de una batalla por recuperar el control de sus calles. La violencia vinculada al narcotráfico y el narcomenudeo continúa siendo un tema dominante en la agenda estatal, y aunque los datos de homicidios dolosos muestran una ligera disminución, el panorama sigue siendo alarmante. Los crímenes, como el hallazgo de los dos hombres lanzados desde el puente, reflejan la intensidad y la brutalidad del conflicto que enfrenta la entidad.
Mientras tanto, el gobierno y las autoridades de seguridad continúan luchando por frenar el avance de los grupos criminales, y por proteger a una población cada vez más vulnerable a la violencia. El reto sigue siendo monumental: garantizar la paz en un estado que sigue siendo un centro neurálgico de la lucha por el control del narcotráfico en México.
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