En el centro de un debate encendido, el proyecto “Moler tepalcates, otra forma de restauración cerámica” ha puesto en jaque las fronteras entre arte, arqueología y legalidad. Víctor Dulé, alias Víctor Badillo, ha provocado indignación entre arqueólogos mexicanos al publicar un video en el que recoge, machaca y transforma presuntos vestigios arqueológicos en nuevas piezas de cerámica. La discusión no solo cuestiona los límites éticos del arte contemporáneo, sino también el manejo del patrimonio cultural de México.
El proyecto de Víctor Dulé: ¿Arte o atentado contra el patrimonio?
En el video que desató la controversia, Víctor Dulé es visto extrayendo tepalcates (fragmentos de cerámica prehispánica) de un terreno baldío, triturándolos hasta hacerlos polvo y mezclándolos con otros materiales para crear una nueva pieza. Este proceso es descrito por el artista como un acto de “restauración cerámica”.
Sin embargo, la comunidad arqueológica ha señalado que estas acciones podrían violar la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos, que prohíbe la extracción, manipulación y destrucción de patrimonio arqueológico sin autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La beca de Jóvenes Creadores: ¿Quién financia la transgresión?
Lo que ha encendido aún más la polémica es que Dulé asegura haber recibido financiamiento del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (antes FONCA). Según él, esta beca avaló su proyecto, lo que plantea preguntas inquietantes sobre la supervisión de los fondos públicos destinados al arte.
- ¿Son reales los tepalcates que utiliza? Si los materiales son auténticos, el caso podría representar un delito grave.
- ¿Es solo un juego conceptual? Si los fragmentos son reproducciones modernas, la acción aún podría enviar un mensaje peligroso al público sobre la normalización de la destrucción de patrimonio arqueológico.
El papel del INAH y la comunidad arqueológica
Arqueólogos indignados han pedido al INAH investigar el caso. El instituto tiene la autoridad para determinar si las piezas utilizadas por Dulé son auténticas y, de ser así, proceder legalmente.
En palabras de un arqueólogo consultado:
“La promoción de proyectos como este, incluso bajo un concepto artístico, trivializa el valor del patrimonio cultural y puede generar precedentes peligrosos”.
Arte vs. patrimonio: ¿Dónde está el límite?
La delgada línea entre el arte contemporáneo y la preservación cultural no es nueva, pero este caso plantea preguntas urgentes:
- ¿Es válido el uso de elementos culturales como materia prima para el arte?
- ¿Cómo se regulan los proyectos financiados con recursos públicos para evitar que violen leyes o fomenten prácticas cuestionables?
El daño al patrimonio cultural es irreversible, y aunque el arte contemporáneo busca desafiar normas, no puede justificar acciones que pongan en riesgo la historia de una nación.
Conclusión: La responsabilidad del arte en la preservación cultural
El caso de Víctor Dulé es un llamado de atención para artistas, instituciones culturales y el público. Más allá de la controversia, es esencial establecer regulaciones claras que protejan el patrimonio cultural sin inhibir la libertad creativa.
Porque al final, proteger nuestra historia no es solo una responsabilidad del INAH o los arqueólogos, sino de todos los mexicanos.
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