Todo comienza en el Pacífico ecuatorial. Imagínate ese enorme cuerpo de agua que normalmente se calienta con el sol tropical… ahora más fresco, como si alguien hubiera bajado el termostato del planeta. Esa pequeña diferencia de medio grado o un grado menos cambia todo: los vientos, las lluvias, las corrientes, las nubes. Es como cuando abres una ventana y la corriente de aire redirige todas las cortinas de casa.
Los científicos del Centro de Predicciones Climáticas confirmaron que la superficie del mar ya se enfrió lo suficiente para declarar oficialmente el inicio de La Niña. Y eso significa que la atmósfera empieza a comportarse distinto: las lluvias se reorganizan, los frentes fríos se vuelven más intensos en ciertas regiones y los patrones de calor se alteran.
¿Qué significa esto para México?
En palabras simples: un invierno más dinámico. No necesariamente más frío, pero sí con cambios bruscos. Días templados que de pronto se vuelven helados y cielos despejados que se nublan en cuestión de horas.
Las lluvias llegarán sobre todo al sureste, al Pacífico sur y a partes del centro. Esas nubes cargadas podrían traer beneficios: ríos más llenos, presas recuperándose y suelos agradecidos. Pero en el norte y noroeste, el panorama será más seco, con menos agua de la habitual.
En diciembre, el sur y el Golfo podrían seguir recibiendo lluvias, mientras en enero las precipitaciones se moverían hacia el centro del país. Y ya para febrero, parece que volveremos a días más secos, aunque todavía con algún chaparrón ocasional que despierte los campos dormidos.
Fríos que calan los huesos
No hay que confiarse. Aunque el promedio general no apunta a un invierno más helado de lo normal, sí habrá rachas de aire polar capaces de cubrir de escarcha las ventanas del norte y hasta traer nevadas a las montañas del centro.
Será ese típico clima que nos obliga a tener la cobija lista, pero también a guardar un suéter en el auto por si acaso.
Si La Niña se fortalece…
Aquí viene la parte incierta. Si este fenómeno se hace más fuerte, algo que no está del todo descartado, el invierno podría volverse más seco y con días extraños con mañanas tibias, tardes con calor y noches que de pronto bajan de golpe. Ese tipo de variaciones es el sello de La Niña: un clima con menos lluvias, pero con fríos intensos que llegan sin avisar y dejan huella.
Pero si se mantiene suave…
Lo más probable, dicen los meteorólogos, es que tengamos una mezcla: una Niña débil y corta combinada con momentos de clima “neutro”. En ese escenario, México viviría un invierno equilibrado, con lluvias moderadas, temperaturas tolerables y uno que otro frente frío poderoso.Un poco de todo, como esos días en que sales con paraguas y acabas en camiseta.
Los meteorólogos confirman que La Niña no viene a causar caos, sino a recordarnos que el planeta respira, se enfría y se calienta en ciclos naturales. Y este invierno 2025-2026 será uno de contrastes, con lluvias generosas al sur, fríos intensos en el norte y altibajos en el centro.
Así que, si vives en el sureste, ten listo el impermeable; si estás en el norte, prepara las cobijas gruesas; y si estás en el centro prepárate para todo un desfile de climas. Porque, con La Niña, lo único seguro es que el clima no será aburrido.
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