¿No puedes pagar una renta en CDMX? No es tu culpa. Un análisis de la experta Viri Ríos revela cómo la corrupción y los intereses empresariales crearon deliberadamente la crisis de vivienda. Conoce la verdad
La crisis de vivienda en la Ciudad de México no es un accidente del mercado. Según un revelador análisis de la columnista Viri Ríos, es el resultado de un «catálogo de trampas» y corrupción institucional que por décadas ha limitado deliberadamente la construcción de vivienda social para beneficiar a unos pocos.
Para millones de capitalinos, la búsqueda de un lugar asequible para vivir se ha convertido en una pesadilla de rentas impagables, espacios minúsculos y la amenaza constante de la gentrificación. La narrativa oficial a menudo culpa a la alta demanda o a las fuerzas del mercado. Sin embargo, una nueva y contundente perspectiva argumenta que esta crisis no es un fenómeno natural, sino un desastre fabricado.
En su columna «Las transas de la vivienda», publicada en El País, la analista y doctora en políticas públicas Viri Ríos desmantela este mito. Sostiene que la crisis es el resultado directo de «décadas de prácticas normalizadas —algunas de ellas abiertamente corruptas— que han limitado deliberadamente la construcción de vivienda social para beneficiar a un puñado».
La «Transa» Maestra: La Escasez Deliberada
El núcleo del argumento de Ríos es que la escasez de vivienda asequible en la CDMX no es real, sino artificial. Durante años, una red de intereses que involucra a desarrolladores inmobiliarios y funcionarios corruptos ha trabajado para bloquear o dificultar la construcción de proyectos de vivienda de interés social.
Al limitar la oferta de vivienda para las clases medias y trabajadoras, se crea una presión artificial sobre el mercado existente. Esto provoca que los precios de los inmuebles y las rentas se disparen, beneficiando a los grandes desarrolladores que se enfocan en el sector residencial de lujo y a los propietarios de los inmuebles existentes, cuyas propiedades se valorizan de forma exponencial.
«Un catálogo de trampas, intereses empresariales y corrupción institucional sustenta la crisis de vivienda de la Ciudad de México». – Viri Ríos, en «Las transas de la vivienda».
¿Quiénes Ganan con la Crisis?
Según este análisis, la crisis de vivienda no es un problema para todos; para algunos, es un negocio redondo. Los principales beneficiarios de este sistema son:
* Grandes Desarrolladores Inmobiliarios: Al enfocarse exclusivamente en el mercado de alta gama, donde los márgenes de ganancia son mayores, evitan la «competencia» de la vivienda social.
* Funcionarios Corruptos: A través de la manipulación de los usos de suelo, permisos de construcción y la omisión de sus responsabilidades, facilitan el modelo de negocio especulativo a cambio de sobornos.
* Especuladores: Inversionistas que compran propiedades no para habitarlas, sino como un activo que se valoriza gracias a la escasez artificial, dejando departamentos vacíos mientras miles buscan un techo.
El Costo Humano: Gentrificación y Desplazamiento
El resultado de esta «estafa» es visible en toda la ciudad. Barrios tradicionalmente populares son invadidos por proyectos de lujo, expulsando a los residentes originales que ya no pueden pagar las nuevas rentas. Jóvenes profesionistas se ven obligados a destinar más del 50% de su salario a la vivienda o a vivir en la periferia, con trayectos de varias horas a sus lugares de trabajo.
La crisis de vivienda, por tanto, no es solo un problema económico, sino un profundo problema social que agudiza la desigualdad, segrega a la población y destruye el tejido comunitario de los barrios.
Entender que la crisis fue fabricada es el primer paso para poder exigir una solución real. No se trata de regular plataformas de renta temporal o de dar pequeños subsidios, sino de desmantelar las redes de corrupción que han convertido el derecho a la vivienda en un privilegio para unos pocos y un negocio para una élite.


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