En México, más de 220 mil personas mueren cada año por enfermedades cardiovasculares, de las cuales 177 mil fallecen a causa de un infarto al miocardio, alertaron especialistas durante la conmemoración del Día Mundial del Corazón, celebrado el 29 de septiembre. Entre los factores que incrementan el riesgo de sufrir un infarto destacan el colesterol elevado, la hipertensión arterial y la diabetes tipo 2, enfermedades que a menudo permanecen sin diagnóstico hasta que se presenta un evento grave.
La importancia de la prevención cardiovascular
Durante la conferencia de prensa realizada en la Casa del Corazón, ubicada en la alcaldía Benito Juárez, los médicos enfatizaron la necesidad de fomentar la cultura de la prevención. El doctor Diego Araiza, cardiólogo del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, señaló que 2 de cada 5 adultos padecen algún mal del corazón sin saberlo, lo que evidencia un problema de detección temprana y seguimiento clínico.
“Identificar los riesgos a tiempo y adoptar hábitos saludables puede marcar la diferencia entre una vida productiva o una marcada por la enfermedad, la dependencia física y un alto riesgo de muerte”, afirmó Araiza, destacando la relevancia de controles médicos periódicos y cambios de estilo de vida.
Colesterol LDL: un enemigo silencioso
Uno de los principales desencadenantes de infartos es el colesterol LDL, conocido como colesterol malo, que se acumula en las arterias formando placas que obstruyen el flujo sanguíneo. Este proceso puede llevar a infartos al corazón o derrames cerebrales y aumenta la probabilidad de sufrir un segundo infarto en menos de cinco años.
El especialista explicó que la dificultad radica en que el colesterol LDL no presenta síntomas visibles, por lo que muchas personas desconocen que sus niveles son peligrosos. “Sólo la mitad de los mexicanos se ha hecho una prueba para conocer sus niveles de colesterol, lo que evidencia una brecha importante en la prevención”, señaló.
Brechas en el tratamiento de dislipidemias
El doctor Daniel Elías, endocrinólogo con Alta Especialidad en Diabetes y Metabolismo, explicó que estudios clínicos realizados en México muestran que 80 por ciento de los pacientes con colesterol elevado no reciben tratamiento, mientras que del 20 por ciento que sí lo hace, solo 3 de cada 10 tienen un control adecuado.
“Esta brecha en el control de las dislipidemias representa una amenaza silenciosa para la salud pública que es urgente atender”, enfatizó Elías, subrayando la necesidad de estrategias que promuevan la detección temprana y la adherencia a tratamientos médicos.
Medidas para reducir el riesgo de infarto
Los especialistas recomendaron adoptar hábitos saludables, como una alimentación equilibrada baja en grasas saturadas y azúcares, la práctica regular de ejercicio físico, evitar el tabaquismo y controlar la presión arterial y los niveles de glucosa. Asimismo, sugirieron realizar estudios periódicos de colesterol y triglicéridos, así como mantener un seguimiento médico constante para prevenir complicaciones.
El alto número de muertes por infarto en México refleja la necesidad de fortalecer la prevención cardiovascular y mejorar el diagnóstico y tratamiento oportuno de factores de riesgo como colesterol elevado, hipertensión y diabetes. Según los especialistas, la detección temprana y los hábitos saludables son determinantes para reducir la mortalidad y garantizar una mejor calidad de vida. La concientización y la educación en salud se presentan como herramientas esenciales para frenar esta amenaza silenciosa que afecta a millones de mexicanos cada año.


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