Erick impactó como un poderoso huracán categoría 3, dejando destrucción a su paso. El gobierno reporta «saldo blanco», pero el peligro no ha pasado. Conoce los detalles y el impacto en tu vida.
El huracán Erick tocó tierra en las costas de Oaxaca y Guerrero como un ciclón mayor, desatando vientos destructivos e inundaciones. Mientras las autoridades movilizan una respuesta masiva, la nación contiene la respiración ante la frágil calma del «saldo blanco» inicial.
México se encuentra en estado de máxima alerta tras el impacto del huracán Erick, el primer gran ciclón de la temporada del Pacífico, que tocó tierra la madrugada de este jueves 19 de junio entre las costas de Oaxaca y Guerrero. Tras alcanzar la categoría 4 en aguas abiertas, el huracán impactó la localidad de Pinotepa Nacional, Oaxaca, como un poderoso categoría 3, con vientos sostenidos de más de 205 km/h, sembrando la destrucción a su paso.
A medida que avanza sobre tierra, debilitándose a categoría 1, el verdadero alcance de su devastación apenas comienza a revelarse. El gobierno federal, en una muestra de fuerza y coordinación que busca exorcizar los fantasmas del desastre del huracán Otis, ha desplegado una operación masiva de emergencia. Sin embargo, la noticia más repetida por las autoridades, el «saldo blanco», pende de un hilo mientras el peligro se traslada de la costa a las vulnerables comunidades de la sierra.
El Rastro de la Destrucción: Carreteras Colapsadas y un Símbolo Derribado
Los primeros informes pintan un panorama desolador. Al menos 16 municipios en Oaxaca y Guerrero reportan daños significativos. La fuerza del oleaje y los vientos provocó el colapso de un ícono de la costa oaxaqueña: el monumento al Pez Vela en Puerto Escondido, un momento captado en video que rápidamente se ha vuelto viral y simboliza la furia del ciclón.
Las afectaciones a la infraestructura son severas:
* Vialidades intransitables: Se reportan múltiples derrumbes y cierres en carreteras clave, incluida la supercarretera de Oaxaca, aislando comunidades y paralizando el transporte de bienes y personas.
* Apagón masivo: Más de 123,757 usuarios en Oaxaca se quedaron sin energía eléctrica, según la CFE, que ya trabaja en el restablecimiento del servicio.
* Inundaciones severas: Extensas zonas costeras y urbanas se encuentran bajo el agua, con reportes de hundimientos de tierra en áreas reblandecidas incluso antes del impacto principal.
* Evacuaciones y refugios: Cientos de familias han sido evacuadas de zonas de alto riesgo. Las autoridades han habilitado 582 refugios temporales en ambos estados, atendiendo a más de 1,200 personas hasta el momento.
«Le pedimos a toda la población que se mantenga en sus casas… manténganse juntos y mantengan la calma, vamos a salir adelante», fue el mensaje de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha estado al frente de la coordinación de la respuesta federal.
Una Respuesta Masiva Bajo la Sombra de Otis
La respuesta gubernamental a Erick ha sido notable por su escala y proactividad, una clara lección aprendida de la criticada gestión durante el huracán Otis en 2023. Desde antes del impacto, se movilizaron entre 17,000 y 30,000 elementos del Ejército (con el Plan DN-III-E), la Marina y la Guardia Nacional, un despliegue sin precedentes para un evento de esta naturaleza.
Tanto la presidenta Sheinbaum como los gobernadores Salomón Jara de Oaxaca y Evelyn Salgado de Guerrero han mantenido una comunicación constante, liderando las conferencias de prensa y coordinando los esfuerzos en el terreno. Esta visibilidad y despliegue masivo buscan proyectar una imagen de control y eficacia, contrastando directamente con las acusaciones de lentitud que marcaron la tragedia de Acapulco.
La Tensión del «Saldo Blanco» y el Peligro Latente
A pesar de la devastación material, la presidenta Sheinbaum informó que, hasta el momento, se mantiene un «saldo blanco», sin reporte de personas fallecidas o desaparecidas. Este es un dato esperanzador, pero extremadamente frágil.
El peligro no ha terminado. A medida que Erick se interna en el territorio, la amenaza principal se transforma. Los vientos huracanados de la costa dan paso a lluvias torrenciales en las zonas montañosas de la Sierra Sur, donde el riesgo de deslaves e inundaciones repentinas es máximo. Son estas comunidades, a menudo de difícil acceso, las que ahora enfrentan el mayor peligro, y será en las próximas horas cuando se conozca el verdadero costo humano de este poderoso huracán.
La nación observa, esperando que la masiva operación de prevención logre mantener el saldo en blanco, mientras las comunidades afectadas comienzan la ardua tarea de evaluar los daños y reconstruir lo perdido.


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