La imagen de Frida, la labrador de la Marina Armada de México, con botas de neopreno y gafas protectoras, quedó grabada en la memoria colectiva tras el sismo del 19 de septiembre de 2017. No fue solo un perro rescatista, sino un símbolo de resiliencia y esperanza en uno de los momentos más oscuros para el país.
El poder del olfato que salva vidas
Los binomios caninos, conformados por perro y manejador, demostraron ser insustituibles. Gracias a su olfato, estos canes detectan personas atrapadas bajo los escombros donde la tecnología no alcanza. Su tamaño y agilidad les permiten acceder a lugares imposibles para los rescatistas humanos.
Historias que marcaron al país
- Titán, pastor belga del Cuerpo de Bomberos de Silao, localizó al menos a 15 personas en el multifamiliar Tlalpan.
- Kublay, de la Policía Federal, participó en rescates en cuatro países, con más de 70 víctimas localizadas en su carrera.
- Mina, Gala, Baco y Gery, de la UNAM, colaboraron en el rescate del edificio colapsado en Chimalpopoca y Bolívar.
Cada perro, junto a su guía, aportó un eslabón vital en la cadena de rescate.
Frida: más allá de las fronteras
Frida participó en el terremoto de Haití (2010), la explosión de la torre PEMEX (2013) y el sismo de 2017 en CDMX, con un saldo de 55 personas localizadas. Su legado trascendió en estatuas, sellos postales y el registro de su nombre en el IMPI para evitar su uso comercial indebido.
De México al mundo
El prestigio de los perros rescatistas mexicanos llevó a su despliegue en:
- Turquía (2023): tras el sismo de magnitud 7,8, donde 10 binomios del Ejército colaboraron en las labores de rescate.
- Texas, EE. UU.: apoyo en inundaciones en el condado de Kerr.
- Línea 12 del Metro CDMX: Evil y Ecko participaron en la búsqueda de víctimas tras el colapso.
La historia de los binomios caninos sigue inspirando a México y al mundo. Más que rescatistas, son símbolos de disciplina, entrega y humanidad en su forma más pura.


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