La reciente llegada de Donald Trump a su segundo mandato en la Casa Blanca ha puesto a México bajo un intenso escrutinio. Uno de los principales puntos de fricción es el tráfico de fentanilo, una droga sintética que se ha convertido en una epidemia letal en Estados Unidos, causando miles de muertes anuales.
Mientras Trump endurece su postura y amenaza con sanciones severas, México enfrenta una compleja crisis de violencia ligada a mercados ilícitos, redes de corrupción y un sistema de seguridad insuficiente. Este contexto demanda no solo respuestas inmediatas, sino una transformación profunda en las políticas de seguridad y drogas.
¿Qué está pasando con el fentanilo en México?
El fentanilo, un opioide sintético hasta 50 veces más potente que la heroína, se ha convertido en un problema central en la relación bilateral entre México y Estados Unidos.
Un mercado en evolución
Adriana Muro Polo, directora ejecutiva de Elementa DDHH, explica que México ha pasado de ser productor de drogas provenientes de plantas psicoactivas, como la cannabis y la amapola, a un actor clave en la producción y tráfico de drogas sintéticas, particularmente fentanilo.
Desde 2020, según los Guacamaya Leaks, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sabía de la producción de fentanilo en México, concentrada en estados como Baja California, Sonora y Sinaloa. Sin embargo, durante todo el sexenio de López Obrador, se negó públicamente la existencia de esta producción, lo que impidió la implementación de estrategias efectivas para combatirla.
Las consecuencias de negar el problema
Negar la producción de fentanilo en México no solo limitó la acción gubernamental, sino que también ignoró la realidad de miles de personas afectadas por esta crisis.
Impacto en la salud pública
La falta de reconocimiento ha retrasado la implementación de políticas de reducción de daños y programas de salud para las personas que consumen fentanilo. Adriana Muro subraya que muchas de estas personas requieren atención médica y apoyo, pero son tratadas desde una perspectiva punitiva en lugar de una sanitaria.
Crisis de violencia en el norte del país
El tráfico y la producción de fentanilo han intensificado la violencia en regiones clave como Sinaloa y Baja California, donde los cárteles luchan por el control del mercado. La falta de una estrategia integral ha dejado a estas comunidades en el centro de un conflicto que parece no tener fin.
¿Cómo afecta la política de Estados Unidos a México?
La estrategia de seguridad impulsada por Estados Unidos, basada en la detención y extradición de líderes criminales, no ha logrado desmantelar las redes de tráfico de drogas.
Redes de corrupción como motor del mercado
Muro Polo señala que el mercado de drogas ilícitas se mantiene gracias a la corrupción institucional, que permite la producción, distribución y tráfico de sustancias como el fentanilo. Aunque los cárteles son desarticulados, estas redes de corrupción garantizan la continuidad del negocio.
El enfoque punitivo de Trump
Donald Trump ha señalado directamente a México como responsable de la crisis del fentanilo en Estados Unidos, amenazando con sanciones económicas y políticas más agresivas. Este enfoque no solo ignora la responsabilidad compartida, sino que también exacerba las tensiones bilaterales.
¿Qué debe hacer México para enfrentar este desafío?
Para abordar la crisis del fentanilo y responder a las demandas de Estados Unidos, México necesita una estrategia integral que vaya más allá de las medidas punitivas.
1. Reconocer y reparar
Adriana Muro destaca que el primer paso es reconocer a las víctimas del sistema de prohibición, como personas encarceladas por posesión o venta de pequeñas cantidades de drogas. La reparación del daño debe ser un eje central en la construcción de una nueva política de drogas.
2. Cambiar el enfoque de las políticas de drogas
Es necesario abandonar la estrategia bélica y punitiva para adoptar un modelo basado en datos, prevención y salud pública. Esto incluye programas de reducción de daños, tratamiento para personas con adicciones y la regulación de ciertas sustancias.
3. Combatir la corrupción institucional
La lucha contra las redes de corrupción que sostienen el mercado ilícito es crucial. Esto requiere fortalecer las instituciones de seguridad y justicia, así como garantizar la transparencia en la administración pública.
4. Crear una narrativa sólida ante Trump
El gobierno de Claudia Sheinbaum debe construir una estrategia diplomática que defienda los intereses de México sin caer en la confrontación. Esto implica recurrir a expertos en política de drogas y seguridad para generar propuestas concretas y basadas en evidencia.
Un momento decisivo para México
El tráfico de fentanilo y la violencia relacionada no son problemas que puedan resolverse con declaraciones o medidas superficiales. México enfrenta una oportunidad histórica para replantear su política de drogas, combatir la corrupción y fortalecer su posición en la relación bilateral con Estados Unidos.
Enfrentar la presión de Donald Trump y la crisis interna de violencia requiere unidad, estrategia y un compromiso real con el bienestar de las comunidades más afectadas. El camino no será fácil, pero es el único que puede garantizar un futuro más seguro y justo para el país.
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