El 26 de diciembre de 2024, una tragedia sacudió la colonia Santo Domingo, en León, Guanajuato. Saúl “N”, un joven de 30 años, se convirtió en uno de los tantos feminicidas que, al ser acorralados por la justicia, eligen escapar a través de la muerte. El caso se desarrolla en medio de una discusión doméstica, una dinámica de violencia que se convierte en un escenario fatal.
Saúl y su esposa, Mariana “N”, protagonizaban una discusión a plena luz del día cuando, en un arranque de furia, Saúl tomó un cuchillo y atacó a su pareja. En medio de la agresión, la vecina de la pareja, Griselda, intervino para salvar a los hijos de la familia, lo que le costó ser también atacada. Griselda, de 50 años, logró llamar a la policía antes de ser trasladada al hospital por sus heridas.
La policía llegó al lugar tras el llamado de emergencia y encontró a Mariana tendida en un charco de sangre, víctima de las heridas provocadas por el cuchillo. Mientras tanto, Saúl, al darse cuenta de que las autoridades se acercaban, decidió poner fin a su vida en el piso superior de su hogar.
Este feminicidio, que acabó con la vida de Mariana y Saúl, se suma a la alarmante cifra de víctimas de violencia de género que azotan a México, donde la falta de medidas contundentes para proteger a las mujeres sigue siendo un desafío.
El contexto del feminicidio en México
¿Qué es el feminicidio y cómo afecta a la sociedad mexicana?
El feminicidio, el asesinato de mujeres por razones de género, es uno de los crímenes más graves que enfrenta México. La violencia de género, alimentada por el machismo estructural, ha ido en aumento a lo largo de los años. A pesar de los esfuerzos por crear leyes y medidas para proteger a las mujeres, la cifra de feminicidios sigue creciendo, reflejando la falta de una respuesta efectiva de las autoridades.
En el caso de Saúl y Mariana, como en muchos otros casos, el ciclo de violencia doméstica culminó en un crimen tan atroz como el feminicidio. La impunidad, la cultura patriarcal y la falta de recursos para las víctimas son factores que permiten que estos crímenes se repitan. La historia de Mariana y su vecina Griselda es un claro ejemplo de cómo, a menudo, quienes intentan intervenir se convierten también en víctimas, y cómo el agresor, en lugar de enfrentar la justicia, termina quitándose la vida.
Las cifras alarmantes de feminicidios en México
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a noviembre de 2024 se abrieron 733 carpetas de investigación por feminicidio en todo el país. El Estado de México, Nuevo León y Ciudad de México son los principales estados con mayores índices de feminicidio, aunque entidades como Guanajuato y Michoacán, donde ocurrieron los casos de Saúl y Mariana, también registran números preocupantes.
La cifra de 14 feminicidios en cada una de estas entidades refleja la magnitud del problema, que no solo afecta a las víctimas directas, sino que también impacta a la familia, los amigos y la sociedad en su conjunto.
La cultura de la impunidad y la necesidad de soluciones
El papel del sistema judicial en la lucha contra la violencia de género
El caso de Saúl y Mariana no es aislado. La impunidad que caracteriza muchos de estos crímenes sigue siendo un obstáculo para la justicia en México. El sistema judicial, que debería velar por la protección de las víctimas, a menudo se ve sobrepasado por la cantidad de casos y la falta de preparación para abordarlos de manera efectiva.
El gobierno mexicano, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha implementado varias iniciativas para combatir la violencia de género, pero los resultados siguen siendo insuficientes. El “Botón de Alerta” anunciado para 2025, por ejemplo, tiene el objetivo de alertar a las autoridades y a los familiares de migrantes mexicanos en caso de detención. Aunque estas iniciativas son pasos hacia el cambio, es urgente que el sistema judicial se fortalezca para garantizar que las mujeres reciban la protección que merecen antes de que sea demasiado tarde.
La importancia de la prevención y la educación
La violencia de género no es solo un problema legal; es también un problema social y cultural. Es esencial que las políticas públicas incluyan programas educativos que fomenten la igualdad de género desde una edad temprana. La educación, la sensibilización y el empoderamiento de las mujeres son fundamentales para erradicar la cultura patriarcal que alimenta los feminicidios.
El caso de Saúl y Mariana es una tragedia que no solo refleja la violencia de género en México, sino también la falta de medidas efectivas para prevenir este tipo de crímenes. Mientras la impunidad y la cultura patriarcal sigan siendo factores predominantes, los feminicidios seguirán cobrándose más vidas. La lucha contra el feminicidio en México requiere un enfoque integral que combine medidas legales, educativas y sociales para erradicar esta problemática que afecta a toda la sociedad.
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