En Sabinas Hidalgo, Nuevo León, una vaca infectada con gusano barrenador fue confirmada por el Senasica, lo que desató preocupación binacional. El animal provenía de Veracruz, una región clave para la ganadería del Golfo de México.
La reacción inmediata de Estados Unidos
La secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, anunció el despliegue de inspectores en México para supervisar trampas y reforzar la liberación de moscas estériles, un método biológico que busca frenar la plaga.
Rollins fue contundente: “Proteger a Estados Unidos del gusano barrenador es innegociable y prioridad máxima para el presidente Donald Trump”.
Medidas millonarias y vigilancia intensiva
El gobierno estadounidense informó que:
- Ha invertido 100 millones de dólares en tecnologías de control.
- Desplegó más de 8 mil trampas en Texas, Arizona y Nuevo México.
- Analizó más de 13 mil muestras sin detectar presencia activa.
- Libera cada semana 100 millones de moscas estériles.
- Contrató a más de 200 empleados en México para reforzar el control.
La tensión en la frontera y el impacto en México
La frontera permanece cerrada a la exportación de ganado, bisontes y caballos mexicanos. Para los ganaderos del norte del país, el golpe ha sido severo: en los últimos diez meses, EU ha cerrado la frontera tres veces por brotes similares, obligando a productores a reinventar sus estrategias.
Un plan binacional en riesgo
Pese a la existencia de un Plan de Acción Conjunta México-EU, Rollins advirtió que su gobierno no dependerá de la cooperación mexicana y tomará “medidas agresivas” para proteger su industria ganadera.


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