El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer sus informes más recientes sobre matrimonios y divorcios en México, y el panorama en la península de Yucatán se ve enmarcado con un aumento en el número de bodas, pero, de la mano, los divorcios también crecen.
De acuerdo con el informe oficial, Quintana Roo alcanzó en 2024 alrededor de 14 mil 619 matrimonios, colocándose como la entidad con mayor proporción de uniones civiles del país, con 7.7 por cada mil habitantes de 18 años y más, colocándose por arriba de la media nacional de 5.4.
En ciudades como Cancún y Playa del Carmen, la industria turística también impulsa este fenómeno, con ceremonias que atraen a parejas locales y turistas para consumar su matrimonio en las costas del Caribe mexicano.
De acuerdo con los cálculos realizados a partir de las tasas publicadas, durante el año pasado en la entidad se registraron 14 mil 520 matrimonios entre hombres y mujeres, además de 72 uniones entre personas del mismo sexo: 30 entre mujeres y 42 entre hombres.
Yucatán: tradición que convive con nuevas realidades
En Yucatán, durante 2024 se registraron alrededor de 13 mil 512 matrimonios, con una tasa de 5.6 por cada mil habitantes, ligeramente por encima del promedio nacional. La gran mayoría fue entre hombres y mujeres (13 mil 488), aunque también se contabilizaron 29 matrimonios igualitarios: 24 entre mujeres y 5 entre hombres.
Según los datos presentados, se puede apreciar que el estado mantiene una fuerte tradición de bodas religiosas y civiles, particularmente en Mérida, donde las ceremonias suelen convertirse en grandes celebraciones familiares.
Sin embargo, el comportamiento planteado en el documento también muestra que cada vez más parejas esperan hasta los treinta años para casarse, un cambio que responde tanto a factores económicos como a proyectos personales que postergan la vida en pareja formal.
Campeche: menos bodas, pero una tasa elevada
Campeche, con una población menor, sumó 6 mil 760 matrimonios en 2024, lo que representa una tasa de 7.0 por cada mil habitantes, la segunda más alta del país después de Quintana Roo. Aunque en números absolutos la cifra es menor, proporcionalmente el estado ocupa un lugar destacado en el mapa nacional.
De esos matrimonios, 6 mil 693 fueron entre hombres y mujeres, mientras que 72 correspondieron a uniones igualitarias: 53 entre mujeres y 19 entre hombres. Este dato convierte a Campeche en una de las entidades con mayor presencia relativa de matrimonios del mismo sexo en comparación con su tamaño poblacional.
El otro lado: los divorcios crecen
El matrimonio no siempre garantiza estabilidad duradera y las cifras del Inegi lo confirman. En México, durante 2024 se registraron más de 170 mil divorcios, con una tasa nacional de 1.79 por cada mil habitantes de 18 años y más. Para dimensionar este cambio, en 2010 la tasa era de apenas 0.6, lo que significa que en poco más de una década los divorcios se han triplicado.
En la península, la tendencia muestra diferencias notables entre cada uno de los estados. Campeche encabeza la lista con una tasa de 4.89, casi el triple del promedio nacional, es decir, si en una comunidad campechana de mil adultos hubiera diez matrimonios, casi cinco terminarían en divorcio en ese mismo año.
En Quintana Roo, la tasa fue de 2.20 divorcios por cada mil habitantes, una de las más altas del país y claramente arriba de la media. Aquí, de cada diez parejas que deciden casarse, al menos dos terminan separándose en el mismo periodo.
Por su parte, Yucatán registró una tasa de 1.67, ligeramente por debajo del promedio nacional. Sin embargo, el número absoluto de divorcios sigue siendo alto: alrededor de 5 mil casos en 2024.
En conjunto, estas cifras revelan que la península no escapa a la tendencia nacional de rupturas cada vez más frecuentes, aunque con intensidades distintas. Mientras Campeche se posiciona como un foco rojo, Yucatán mantiene niveles más moderados y Quintana Roo refleja una dinámica marcada tanto por su población local como por su carácter turístico y migrante.
‘El amor no basta’: experta
Para comprender mejor este panorama, la psicóloga y terapeuta de pareja Laura Hernández, especialista en relaciones familiares, explica que el aumento de divorcios no debe verse únicamente como una señal negativa.
“Hoy las parejas están más conscientes de que el amor no basta para sostener una relación; se necesita comunicación, acuerdos económicos y un proyecto de vida compartido. Cuando alguno de esos pilares se quiebra, la separación se vuelve una salida viable y menos estigmatizada que en el pasado”, dice.
La especialista también señala que los factores económicos y sociales tienen un peso relevante: “Las nuevas generaciones retrasan el matrimonio porque buscan primero estabilidad financiera o crecimiento profesional. Sin embargo, esa misma búsqueda de independencia personal puede generar choques una vez que deciden vivir en pareja”.
En su opinión, el aumento tanto de matrimonios como de divorcios en la península es muestra de un cambio cultural más amplio: la gente se casa todavía en gran número, pero también se permite romper vínculos cuando la relación deja de ser saludable.
LAS CAUSAS DETRÁS DE LAS SEPARACIONES
El Inegi detalla que nueve de cada diez divorcios son por mutuo consentimiento, lo que refleja un cambio en la manera en que las parejas gestionan el fin de su relación. A diferencia de décadas pasadas, cuando los procesos legales eran largos y complicados, hoy la mayoría de las separaciones ocurren mediante juicios más ágiles e incluso en línea.
Otro dato relevante es la duración de los matrimonios antes del divorcio. En promedio, las parejas en México se separan tras 17 años de matrimonio, aunque en la península este promedio tiende a ser menor, cercano a los 15 años.
El aumento en los divorcios también habla de cambios culturales. Cada vez más personas priorizan el bienestar individual y de sus hijos por encima de mantener un matrimonio infeliz. Como señala el propio informe, “los divorcios no necesariamente reflejan una crisis social, sino una transformación en la manera en que se conciben las relaciones de pareja y la familia”.
En términos prácticos, el dato nacional de 1.9 divorcios por cada mil habitantes puede parecer pequeño, pero si se aplicara a una ciudad como Mérida, equivaldría a más de 2 mil separaciones en un solo año, un número que da cuenta de la magnitud del fenómeno.


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