En 2024, dos de cada tres personas ocupadas en México no tuvieron acceso a la seguridad social, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El organismo estimó que 38.4 millones de los 59.3 millones de personas con empleo, tanto formal como informal, carecían de este derecho, equivalente al 64.73% de la población ocupada.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) indicó que 27.5 millones contaban con trabajo formal y 31.8 millones laboraban en la informalidad. Aunque el porcentaje de carencia disminuyó respecto a 2018, cuando fue de 70.3%, la cifra sigue siendo elevada.
Impacto en pensiones y desigualdad
La falta de acceso a la seguridad social también implica no generar historial para jubilación. El Inegi destacó que en los hogares de mayores ingresos, las pensiones y jubilaciones representan el 63% de las transferencias económicas, mientras que en los de menores ingresos predominan los programas sociales y donativos.
En el decil más pobre, solo el 2.9% del ingreso trimestral proviene de pensiones, contra el 9.8% en el decil más alto. Las pensiones contributivas, derivadas de aportaciones a la seguridad social, benefician sobre todo a los hogares de mayores recursos, mientras que los sectores más vulnerables dependen de apoyos asistenciales.
En total, 32.9 millones de personas no ocupadas —incluyendo población no económicamente activa, desempleados y menores de 16 años— tampoco cuentan con acceso a la seguridad social, lo que representa el 46% de este grupo.


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