En una madrugada violenta en Queréndaro, Michoacán, tres agentes de policía perdieron la vida a manos de un grupo armado de sicarios que emboscaron al cuerpo de seguridad local. Este ataque, que ocurrió el 6 de febrero de 2025, es solo uno más en la creciente ola de violencia que azota al estado de Michoacán, uno de los más afectados por la disputa entre grupos del crimen organizado.
Este suceso resalta las condiciones extremas de inseguridad que enfrentan tanto los ciudadanos como las fuerzas de seguridad en la región, donde la violencia se ha intensificado en las últimas semanas.
Los Hechos: Una emboscada mortal
A las 3:00 a.m., un comando de sicarios a bordo de vehículos blindados artesanalmente, conocidos como ‘monstruos’, irrumpió en las calles de Queréndaro. Según los reportes, los atacantes incendiaron un automóvil sobre la carretera Morelia-Zinapécuaro y utilizaron ponchallantas para dificultar el acceso de refuerzos. Su objetivo era claro: desatar el caos y ejecutar un ataque directo a los agentes de la Policía Municipal.
Al llegar al edificio del Ayuntamiento, los sicarios atacaron con armas de grueso calibre, matando a tres policías. La violencia se desató a una velocidad aterradora, dejando una estela de sufrimiento en la comunidad.
Identidades de las víctimas
El nombre del oficial de la Guardia Civil, Efraín García Muñoz, fue confirmado como uno de los tres agentes muertos durante el ataque. Las identidades de los dos policías municipales que también perdieron la vida aún no han sido reveladas públicamente, lo que ha generado más incertidumbre y tristeza entre los residentes.
La falta de detalles sobre el paradero de los agresores y la creciente violencia de la zona resalta el profundo caos que enfrenta Queréndaro.
La crisis de seguridad en Queréndaro
La alcaldesa de Queréndaro, Diana Caballero Romero, ya había solicitado en varias ocasiones el apoyo de las autoridades federales, como la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán. A pesar de estos esfuerzos, los operativos no han sido suficientes para contener las continuas agresiones del crimen organizado.
En diciembre de 2024, la alcaldesa mencionó en una entrevista que la violencia había aumentado significativamente, y que, en semanas previas, un grupo armado había asesinado a un policía y quemado un camión de carga. Ante la violencia imparable, la alcaldesa fue obligada a trasladar su lugar de residencia y continuar su trabajo a distancia por miedo a su seguridad.
El origen del ataque: La disputa entre cárteles
El ataque armado en Queréndaro está directamente relacionado con la guerra entre los grupos del crimen organizado que disputan el control de las rutas del narcotráfico y las áreas de influencia en Michoacán. Aunque el Secretario de Gobierno de Michoacán, Carlos Torres Piña, mencionó que el conflicto está originado por esta lucha entre bandas criminales, no se brindaron detalles sobre la célula o cártel específico al que pertenecen los sicarios.
La presencia de armas de alto poder y la capacidad de organizar operativos tan eficaces muestra la organización y el alcance del crimen en la región, que afecta a las autoridades locales, pero también a la comunidad en su conjunto.
Segunda ofensiva en menos de una semana
Este ataque a las fuerzas de seguridad de Queréndaro fue la segunda ofensiva en menos de una semana, luego de otro tiroteo registrado el 4 de febrero de 2025, cerca de la Presidencia Municipal. Durante este otro incidente, dos agentes resultaron heridos cuando respondieron a un reporte sobre civiles armados. La violencia contra las autoridades se ha intensificado, lo que deja claro que la situación en Michoacán está fuera de control.
Consecuencias del ataque: Inseguridad en aumento
La violencia en Queréndaro es solo un reflejo de la situación más amplia en Michoacán, donde la inseguridad sigue siendo uno de los principales problemas que afectan a la población. Los habitantes de la región se enfrentan a robos, asesinatos y extorsiones, mientras las fuerzas de seguridad siguen siendo blanco de ataques violentos por parte del crimen organizado.
Los comités de vigilancia formados por los propios residentes de Queréndaro son una muestra de la desesperación de los ciudadanos que sienten que el gobierno local no está haciendo lo suficiente para garantizar su seguridad
Reacciones y peticiones de la comunidad
Tras este nuevo ataque, los habitantes de Queréndaro exigen respuestas claras y una acción inmediata por parte de las autoridades para frenar la violencia. Muchos residentes piden mayor presencia de fuerzas federales y más recursos para fortalecer las estrategias de seguridad en el municipio.
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