El reciente proceso para la designación de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha puesto bajo la lupa el estado de la democracia en México. Lo que debió ser un ejercicio de legitimidad se convirtió en una simulación descarada, revelando un patrón preocupante: las decisiones políticas priman sobre la capacidad técnica y la independencia.
Con un escenario electoral próximo que incluye la elección de 881 jueces, magistrados y ministros, la designación en la CNDH es un inquietante antecedente de cómo se manipulan los procesos democráticos para priorizar lealtades políticas por encima de credenciales.
CNDH: un proceso que simuló democracia
El caso de Rosario Piedra Ibarra, recientemente reelecta como presidenta de la CNDH, es un ejemplo claro de la instrumentalización política.
¿Qué sucedió?
- La peor calificada en la terna final: A pesar de contar con las evaluaciones más bajas entre las y los candidatos, Piedra Ibarra fue favorecida.
- Desacato a la secrecía del voto: Legisladores oficialistas desafiaron las reglas al hacer evidente su apoyo en un proceso que debía ser anónimo.
- Imposición partidista: Las mejores candidatas, respaldadas por organizaciones civiles y con trayectorias impecables, fueron ignoradas.
El peligroso precedente para la elección judicial
En 2024, México enfrentará uno de los procesos más trascendentales para la independencia judicial: la elección de jueces, magistrados y ministros. Sin embargo, lo que debería ser una muestra de democracia podría convertirse en una reedición del caso CNDH.
Los principales riesgos:
- Lealtad sobre capacidad: Como en el caso de Rosario Piedra, las credenciales académicas y profesionales podrían pasar a segundo plano.
- Recortes presupuestales: El INE solicitó 13 mil 205 millones de pesos para organizar el proceso, pero el gobierno ya señaló que no otorgará la totalidad del presupuesto.
- Tómbolas y simulaciones: La selección de vacantes mediante mecanismos como tómbolas pone en duda la seriedad del proceso.
¿Qué implica la elección de 881 cargos judiciales?
La elección abarcará puestos clave en el Poder Judicial, incluyendo ministros, magistrados y jueces. Con ello, se decide el equilibrio entre los poderes del Estado, la defensa de la Constitución y la garantía de los derechos ciudadanos.
Sin embargo, la politización de este proceso amenaza con erosionar la independencia del sistema judicial.
El impacto en la democracia mexicana
La simulación en procesos electorales tiene un alto costo. Perjudica la confianza de la ciudadanía en las instituciones y fortalece la concentración de poder en un solo partido político.
¿Qué podemos esperar?
- Debilitamiento de los contrapesos: La designación de leales partidistas compromete la imparcialidad judicial.
- Falta de transparencia: Sin un presupuesto adecuado y procesos claros, las decisiones judiciales podrían estar sometidas a intereses políticos.
- Sociedad civil desalentada: Las organizaciones y ciudadanos pierden incentivos para participar en un sistema que parece diseñado para ignorarlos.
¿Qué se necesita para proteger la democracia?
- Presupuesto suficiente para el INE: Garantizar un proceso electoral robusto y transparente.
- Participación activa de la ciudadanía: Exigir rendición de cuentas y vigilar el desarrollo del proceso.
- Reformas legales: Establecer mecanismos que garanticen la independencia del Poder Judicial y sancionen las simulaciones.
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