La caída de Ismael “El Mayo” Zambada, líder histórico del Cártel de Sinaloa, marcó un punto de inflexión en la lucha contra el narcotráfico. Detenido el 25 de julio de 2024 en Nuevo México, su caso parecía encaminarse hacia una negociación con el gobierno estadounidense.
Sin embargo, un nuevo oficio del Departamento de Justicia de Estados Unidos ha cambiado drásticamente el panorama. La administración de Donald Trump restableció la pena de muerte para delitos federales y estableció como prioridad la «eliminación total de los cárteles mexicanos».
Esta medida afecta directamente a Zambada García, quien enfrenta cargos de:
- Conspiración para el tráfico de drogas
- Lavado de dinero
- Homicidio múltiple de ciudadanos estadounidenses por sobredosis de fentanilo
A diferencia de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien fue extraditado bajo un acuerdo que le garantizaba cadena perpetua en lugar de la pena capital, “El Mayo” no cuenta con esa protección. Esto lo coloca en una situación mucho más grave.
La estrategia de Trump: endurecer la lucha contra los cárteles
El plan de la administración de Donald Trump busca una acción más agresiva contra los cárteles de la droga. Según el memorándum emitido por la Fiscalía General de Estados Unidos, el objetivo es acabar con las estructuras criminales que operan en México.
Entre las estrategias planteadas están:
- Designar a los cárteles como organizaciones terroristas, lo que permitiría intervenciones militares directas.
- Ampliar la jurisdicción federal para perseguir a los líderes del crimen organizado con cargos de terrorismo.
- Aplicar la pena de muerte en casos graves relacionados con el tráfico de fentanilo.
Los grupos mencionados en el oficio incluyen:
- Cártel de Sinaloa
- Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)
- Tren de Aragua
- Mara Salvatrucha (MS-13)
Este endurecimiento de las políticas pone a “El Mayo” en la mira de los fiscales federales, quienes ahora consideran activamente solicitar la pena de muerte en su contra.
¿Se complica la negociación de “El Mayo”?
Antes de que la pena de muerte fuera reinstaurada, los fiscales estadounidenses exploraban un acuerdo con Ismael Zambada. Se especulaba que podría aceptar los cargos y colaborar con información sobre la red del narcotráfico a cambio de una condena reducida.
Sin embargo, con la nueva política de la procuradora Pam Bondi, esta opción se ha debilitado. El estatus de cooperación que tenía el capo ahora parece estar en peligro, y su defensa, liderada por el abogado Frank Pérez, enfrenta un escenario más complejo.
El próximo 22 de abril, “El Mayo” comparecerá ante el juez Brian Cogan, el mismo que sentenció a “El Chapo” Guzmán en 2019. En esa audiencia se definirán los términos de su juicio y si la fiscalía solicitará la pena de muerte.
Las revelaciones de “El Mayo”: una jugada desesperada
De acuerdo con el periodista Luis Chaparro, Ismael Zambada ha comenzado a revelar información sobre sus nexos con políticos mexicanos. Entre los nombres que han surgido estarían:
- Presidentes y expresidentes de México
- Gobernadores y exgobernadores
- Altos mandos militares y policiales
El impacto de estas revelaciones podría ser devastador para la política mexicana, especialmente si la información llega a formar parte de los expedientes judiciales en Estados Unidos.
El riesgo de la pena de muerte y el precedente que sentaría
Si el gobierno de Trump logra aplicar la pena de muerte a “El Mayo” Zambada, se abriría un precedente histórico en la lucha contra el narcotráfico. Hasta ahora, ningún líder de cártel ha sido ejecutado en Estados Unidos bajo una sentencia federal.
Este caso podría ser utilizado como ejemplo para futuras extradiciones y envíos de capos mexicanos a Estados Unidos bajo condiciones más severas.
Además, la designación de los cárteles como organizaciones terroristas permitiría intervenciones más agresivas, incluyendo el uso de fuerzas especiales en territorio extranjero.
Conclusión: un juicio que definirá el futuro de la guerra contra el narco
El caso de “El Mayo” Zambada ha pasado de ser un proceso judicial común a convertirse en un punto clave en la estrategia de seguridad de Estados Unidos.
Si los fiscales logran llevarlo a la pena de muerte, se sentará un precedente sin retorno en la forma en que Washington combate a los cárteles.
El 22 de abril será una fecha crucial para determinar el destino de uno de los capos más escurridizos de la historia.
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