Los restos de Alicia Matías Teodoro, conocida públicamente como la abuelita heroína, son velados en su localidad del Estado de México tras fallecer la noche del viernes debido a las graves quemaduras de tercer grado que cubrieron el 98% de su cuerpo, las cuales finalmente provocaron un infarto.
Alicia se hizo conocida después del trágico incidente del pasado miércoles 10 de septiembre, cuando una pipa cargada con casi 50 mil litros de gas LP volcó e incendió en la alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México. La mujer protegiendo a su nieta de dos años con su propio cuerpo logró salvarle la vida, aunque perdió la suya.
Velorio bajo la lluvia y dolor familiar
Este sábado por la tarde, bajo una pertinaz lluvia, familiares y vecinos se reunieron en el domicilio familiar, ubicado cerca de la estación terminal Los Reyes, de la línea A del Metro de la CDMX, para despedir a Alicia.
Sandra Barajas Matías, hermana de Alicia, narró la magnitud del dolor de la familia: “Ayer, al recibir la noticia, mi mami se me desmoronó, mi papi no podía ni llorar… lamentablemente afectó mucho a sus hijas; para mis papás este golpe es irreparable”.
Al pie del féretro estaban sus padres, María Guadalupe Matías Teodoro y Rogelio Barajas, quienes presenciaron el sufrimiento que el fallecimiento de Alicia causó a la familia.
Heroísmo de Alicia durante el accidente
El día del accidente, Alicia y su nieta Azulet, de dos años, quedaron atrapadas bajo el puente La Concordia, en la calzada Ignacio Zaragoza, cuando la pipa se volcó e incendió. Sin dudarlo, Alicia cubrió con su cuerpo a su nieta, exponiéndose a las llamas y quemaduras que meses después le costarían la vida.
Alicia trabajaba como checadora de transporte público cerca del paradero Santa Marta, línea A del Metro, y había llevado a su nieta al trabajo porque su hija Jazmín debía laborar y no había quien cuidara de Azulet.
Atención médica y traslado hospitalario
Tras el accidente, Alicia y su nieta fueron trasladadas inicialmente al Hospital General de Zona (HGZ 53) del IMSS, pero debido a la gravedad de sus lesiones, Alicia fue enviada al Hospital de Traumatología Magdalena de las Salinas, mientras que la pequeña Azulet fue llevada al Centro Médico Nacional Siglo XXI.
Cinthya Jazmín Carrillo, madre de Azulet, pidió permiso para despedirse de su madre en el hospital antes de trasladarse a la localidad donde se celebraba el velorio, rindiendo guardia al pie del féretro de Alicia.
Legado de amor y valentía
Alicia deja a su pareja, sus padres, tres hijas y tres nietas de 10, 6 y 2 años. Su hermana Sandra destacó: “Mi hermana demostró ser una gran mujer, una gran persona. Amó infinitamente a sus nietas y a su familia, y yo me quedo con eso, que fue una gran madre”.
El heroísmo de Alicia, que sacrificó su vida para salvar a su nieta, ha conmovido a la comunidad del Edomex y más allá, dejando un ejemplo de valentía, amor familiar y entrega absoluta.


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