La economía de México mostró señales positivas en octubre de 2025, de acuerdo con el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE). Este indicador, que sirve para medir cómo se mueve el país mes con mes, creció 1 por ciento respecto a septiembre y 1.6 por ciento frente al mismo mes del año pasado. En términos sencillos, significa que la actividad económica tuvo un pequeño empujón.
Este avance es importante porque el IGAE funciona como un “termómetro” de la economía nacional. Cuando sube, hay más movimiento en la producción, el comercio y los servicios. Cuando baja, el dinero circula menos. En octubre, el indicador alcanzó 105.6 puntos, lo que confirma una recuperación moderada, aunque todavía frágil.
Las actividades del campo fueron las que más crecieron. Agricultura y ganadería avanzaron con fuerza, con un aumento anual cercano al 12 por ciento. Esto puede traducirse en mayor producción de alimentos, más empleo rural y, en algunos casos, precios más estables para productos básicos que llegan a los hogares.
En contraste, la industria sigue mostrando señales de debilidad. La minería y las manufacturas, donde se fabrican muchos de los productos que usamos a diario, registraron caídas anuales. Esto impacta directamente en empleos industriales y en la capacidad de las empresas para pagar mejores salarios o invertir en nuevos proyectos.
El sector servicios fue el principal soporte de la economía. Comercio, transporte, servicios profesionales, salud y actividades recreativas crecieron a buen ritmo. Estos sectores están más ligados a la vida diaria de las personas, como tiendas, bancos, hospitales, escuelas y negocios que dependen del consumo interno.
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Para la economía familiar, estos datos tienen efectos concretos. Si los servicios crecen, hay más oportunidades de empleo en comercios, oficinas, restaurantes y hospitales. Sin embargo, si la industria se estanca, algunos trabajos mejor pagados pueden volverse más escasos, lo que obliga a las familias a cuidar más su gasto.
En el balance general de los primeros diez meses del año, la economía apenas avanzó 0.2 por ciento. Esto explica por qué muchas personas no sienten una mejora clara en su bolsillo, a pesar de que las cifras oficiales muestran crecimiento. El dinero se mueve, pero no con la misma fuerza en todos los sectores.
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