El lunes 23 de diciembre, el gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez, confirmaba la detención de 11 policías, entre ellos nueve municipales y dos de investigación estatal, involucrados en un caso de desaparición forzada. La noticia conmocionó a los habitantes del estado, que por años han sido testigos de la desconfianza en sus cuerpos de seguridad. Sin embargo, esta detención, que forma parte de una serie de operativos en el estado, ha puesto de manifiesto los esfuerzos del actual gobierno para erradicar la corrupción policial.
Un operativo con un objetivo claro
El gobernador Ramírez compartió en sus redes sociales que el operativo se está llevando a cabo en la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez, donde se desplegaron fuerzas de élite como la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), con el objetivo de frenar la penetración del crimen organizado en las fuerzas de seguridad locales. En la foto que acompaña la publicación, se observan a los policías detenidos, algunos con sus uniformes, otros vestidos de civil, lo que aumenta la gravedad de los hechos.
La detención de estos 11 oficiales no es un hecho aislado. Apenas una semana antes, el 16 de diciembre, se detuvieron a 92 policías municipales en Comitán por su presunta vinculación con grupos del crimen organizado, filtrando información sobre operativos estatales. Estos eventos han generado un sentimiento de desconfianza en la ciudadanía, pero también reflejan los esfuerzos del gobierno de Chiapas por purgar a las fuerzas de seguridad de aquellos que se han involucrado con actividades ilícitas.
¿Por qué es tan importante esta operación?
La respuesta a esta pregunta está en el contexto de la seguridad en Chiapas. Durante décadas, las autoridades locales y federales han luchado contra el crimen organizado, que en ocasiones ha logrado infiltrarse en las mismas instituciones encargadas de mantener el orden. La corrupción dentro de las fuerzas de seguridad ha sido uno de los mayores obstáculos para combatir la delincuencia en el estado, lo que explica la importancia de los recientes operativos. Eduardo Ramírez, quien asumió el cargo en 2018, ha enfatizado en diversas ocasiones su compromiso con una policía recta, profesional y comprometida con el bienestar de los chiapanecos.
En palabras del gobernador, “antes, mandos de la policía estatal estaban al servicio de la delincuencia, pero eso ya se acabó”. Esta afirmación no solo refleja su postura, sino también los cambios estructurales que ha implementado durante su administración. La creación de la Universidad de la Seguridad Pública es uno de los ejemplos más visibles de estos cambios, con el objetivo de proporcionar a los oficiales una formación académica sólida y de calidad.
La relación con las políticas de seguridad en el país
El operativo también se enmarca dentro de un esfuerzo mayor para mejorar la seguridad en todo México, un objetivo que comparte el gobierno federal. La colaboración entre las fuerzas de seguridad federales y locales en Chiapas se ha intensificado, y el compromiso con los derechos humanos ha sido un aspecto central. El aumento salarial del 40% a la policía estatal anunciado por Ramírez busca no solo mejorar la moral de los oficiales, sino también profesionalizar a los cuerpos de seguridad, brindándoles mejores condiciones laborales.
Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿Cómo pueden los ciudadanos confiar nuevamente en las fuerzas de seguridad tras tantos años de abuso de poder y corrupción? Aunque la detención de 11 policías es un paso positivo, queda claro que la limpieza y la reconstrucción de la confianza llevará tiempo.
El compromiso del gobernador Ramírez
El gobernador ha expresado su firme compromiso de erradicar las malas prácticas dentro de las corporaciones policiales. Tras las recientes detenciones, Ramírez reafirmó su postura de que no permitirá que las instituciones de seguridad sigan siendo cómplices del crimen. Además, en una reciente declaración, comentó: “Hoy tenemos una policía recta, honorable y comprometida con su labor”, un mensaje que busca restaurar la confianza de la ciudadanía en las fuerzas de seguridad.
¿Qué significa este caso para Chiapas?
Las detenciones en Chiapas marcan un hito importante en la lucha contra la corrupción policial en México. Si bien no es el único estado que enfrenta este desafío, el gobernador Eduardo Ramírez ha tomado medidas claras para asegurar que las fuerzas de seguridad estén al servicio de la ciudadanía y no de los criminales. Las próximas semanas serán cruciales para ver si estos esfuerzos continúan dando frutos y si, finalmente, la policía estatal logra reconstruir su imagen ante la sociedad.
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